La comunicación en el matrimonio

Enviado por María Fontaine

julio 26, 2022

[Communication in Marriage]

En uno de mis artículos recientes sobre la importancia de la comunicación[1], vimos varias formas de comunicarse y que el tema de la comunicación es fundamental para las relaciones eficaces con los demás. En el presente artículo, me centraré en los detalles de cómo podemos hacer que nuestras relaciones sean más fuertes y más felices.

Contaré lo que he aprendido en el marco de una relación de matrimonio, pero es importante recordar que muchos de esos principios se pueden aplicar a otras relaciones. Así pues, si ahora mismo no tienes una relación de matrimonio, puedes aplicar esos principios a otras relaciones o a otros aspectos de tu vida.

Hace poco leí que a Tim Keller, un pastor, consejero y escritor muy conocido, en mayo de 2020 le diagnosticaron un cáncer pancreático en etapa cuatro. Me encantó su actitud cuando le dijeron que no sobreviviría a eso y lo que tenía que decir acerca de sus prioridades para el tiempo que le quedaba en esta Tierra.

Le preguntaron al Dr. Keller: «¿En qué quiere centrar la atención, teniendo en cuenta el breve tiempo que le queda en esta vida? ¿Qué es lo más importante en la lista?», y él respondió:

Mi esposa Kathy y yo somos bastante conocidos por ser un equipo. En muchos aspectos, somos inseparables.

Después del diagnóstico de cáncer, nos dimos cuenta de que no era correcto llegar al final de nuestra vida sin mejorar nuestro matrimonio en aspectos en los que se podía hacer progresos.

A ella le parecía que no podía hablar conmigo de algunas cosas, porque yo no reaccionaba bien, y había dejado de intentar hacerlo. Sin embargo, ahora hacemos avances para hablar de ciertas cosas y encararlas como nunca lo habíamos hecho[2].

Quedé impresionada por eso, porque si Tim Keller, que vive a la sombra del cáncer, puede hacer que una de las principales prioridades sea mejorar su matrimonio, cuánto más deberíamos poder hacerlo en nuestras relaciones.

Otra cosa que me impresionó mucho en el mismo orden de ideas fue la historia de un hombre que se iba a divorciar. Su esposa y él habían intentado de todo, y nada había dado buenos resultados. Amaba a su esposa y quería seguir con ella.

Así pues, tuvo la idea de que a diario le iba a preguntar qué podía hacer por ella y se esforzaría a fin de hacerlo lo mejor posible. Las primeras tres veces que le preguntó, ella pensó que bromeaba cuando le dijo: «Amor, ¿qué puedo hacer por ti hoy?»

Ella decidió ponerlo a prueba y le dio una tarea enorme o complicada, como limpiar el garaje o hacer un repaso general en el jardín. Lo hizo lo más difícil posible, pues pensaba que él nunca cumpliría su parte para seguir haciendo lo que ella le pedía.

Sin embargo, después de que día tras día él seguía preguntándole qué podía hacer por ella, y luego con entusiasmo ponía todo su empeño y fuerza para hacer esas cosas, la esposa empezó a creer que en realidad estaba decidido a hacer lo que fuera para convencerla de su amor por ella. Como el esposo estaba dispuesto a expresar su amor de manera tangible por medio de sus acciones, se salvó su matrimonio.

Fue necesario que pusiera todo su empeño, pero eso era lo que su esposa necesitaba. Le manifestó su amor a medida que ponía en práctica el precepto bíblico de «sírvanse los unos a los otros por amor» porque «en esto conocerán todos que ustedes son Mis discípulos, si se aman unos a otros» (Gálatas 5:13, Juan 13:35; RVC).

Cuando el Señor está en el centro de nuestro matrimonio, y Él es la Persona más importante en nuestras relaciones, Su amor logra la unidad entre nosotros. Cuando Su amor nos motiva, entonces sabemos que lo complacemos a Él, incluso si la respuesta de nuestro cónyuge tal vez no sea la que esperaríamos.

Dar el amor de Dios a los demás no es un contrato diseñado para obtener a cambio lo que queremos de la otra persona. Se da libremente, sin esperar reciprocidad. A veces hacemos cosas para nuestro cónyuge, con la esperanza de que responda de manera semejante. Hacemos algo agradable por esa persona y queremos que a cambio haga algo agradable para nosotros. En muchos casos, así será porque el amor engendra amor, pero tal vez no veamos que nos lo devuelven de la manera o en el momento en que lo esperábamos.

Si nuestra motivación es lo que esperamos que nos devuelvan, entonces lo que damos no es completamente por amor. Sería mejor que siguiéramos el ejemplo de amor que dio Jesús; Él lo entregó todo por nosotros, sabiendo que nunca podríamos devolverle todo lo que dio.

Consejos para las relaciones

  1. «Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse».  Santiago 1:19 (NVI)
  2. La buena comunicación es una parte importante del matrimonio; garantiza que tanto tu cónyuge como tú se sientan respetados, comprendidos y que tienen validez.
  3. Mantén una relación sólida con Jesús en el centro de tu matrimonio. La fe les da un punto en común a tu cónyuge y a ti, un fundamento amable y amoroso sobre el que pueden construir un matrimonio que los sustente a los dos y los acerque más el uno al otro por medio de Su Espíritu.
  4. Practica el perdón. Efesios 4:32 (NBLA) nos dice: «Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó en Cristo». La fe en el amor y el perdón de Dios son esenciales para aclarar la mayoría de los malentendidos y les ofrecen los medios para resolver problemas. Contribuyen a que tengan un futuro más feliz juntos.
  5. La Biblia y el Espíritu Santo pueden ser una fuente de inspiración, fortaleza y ánimo. Esa guía y sabiduría, si se pone en práctica, puede ayudar a sanar, mejorar y darle forma a tu matrimonio.
  6. Algo considerado que puedes hacer para tu cónyuge o pareja podría ser dejarle una nota, ya sea escrita a mano, o un texto en el teléfono, para que sepa lo que haces y dónde estás cuando hay un cambio en tu rutina, de modo que no se preocupe por ti.
  7. A veces puede ser difícil saber cómo identificarte con tu cónyuge si sus intereses son muy diferentes de los tuyos en términos prácticos. Digamos que a un cónyuge le gusta quedarse en casa y leer mientras que a otro le gusta estar al aire libre y le encanta pescar, ir de excursión a pie, etc.
    Claro, si los dos aman a Jesús y trabajan juntos para Él es estupendo pues siempre tendrán ese bello punto en común que se basa en su fe y amor por el Señor.
    Es importante encontrar formas de manifestar interés en lo que le gusta hacer a tu cónyuge. Algunos matrimonios deciden turnarse para elegir algo que sea importante para ellos, que garantice que los dos puedan hacer lo que más les gusta.
    Otro enfoque es integrar a tus actividades algunos de los intereses de tu cónyuge. Aprender un poco sobre los intereses de tu cónyuge puede demostrarle que no solo lo amas, sino que te interesa lo que le hace sentirse realizado y contento.
    Si tu cónyuge se emociona al hablar de la pesca y de los peces que atrapó ese día, incluso si no te interesa el tema, puedes mostrar interés al hacer algunas preguntas, como qué clase de peces son, o cuál es la mejor manera de pescarlos.
    Trata de mostrar interés porque al hacerlo aprendes algo de la persona que amas. O bien, para los hombres, digamos que tu esposa compra un vestido nuevo a un precio excelente y llega a casa emocionada, y la puedes elogiar por ese don de encontrar buenas ofertas y lo bien que se ve con ese vestido.
  8. Como Dios nos ama, le interesan los detalles más pequeños relacionados con nosotros. Aprovecha toda oportunidad para inspirarnos, animarnos, consolarnos y ayudarnos a mejorar en todos los aspectos. Eso es lo que hace el amor. Es una cualidad que podemos tomar como modelo en nuestro matrimonio.
  9. Si tu cónyuge te dice algo y te parece que puede ser una acusación, lo mejor es aclararlo de inmediato. No guardes silencio ni te enojes ni te ofendas. Empieza con la suposición de que no lo dijo con esa intención y decide que no te lo tomarás a pecho. Los pequeños malentendidos, si se guardan en el corazón, pueden conducir a la pena, el resentimiento y el rencor. Es mucho más fácil perdonar si ya has decidido hacerlo pase lo que pase, que si has estado pensando en eso hasta que sus tentáculos llegan a tu corazón y el resentimiento ha crecido encima.

Versículos sobre las relaciones

«Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella».  Efesios 5:25 (NVI)

«La respuesta suave aplaca la ira, pero la palabra áspera hace subir el furor».  Proverbios 15:1 (RVR1995)

«Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta».  Efesios 4:31 (NTV)

«En todo tiempo ama el amigo, y el hermano nace para el tiempo de angustia».  Proverbios 17:17 (RVA-2015)

«¿Quién podrá encontrar una esposa virtuosa y capaz? Es más preciosa que los rubíes. Su marido puede confiar en ella, y ella le enriquecerá en gran manera la vida».  Proverbios 31:10,11 (NTV)

«Vale más el fin de algo que su principio. Vale más la paciencia que la arrogancia. No te dejes llevar por el enojo que solo abriga el corazón del necio».  Eclesiastés 7:8,9 (NVI)

«Éste es Mi mandamiento: que os améis unos a otros, como Yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos».  Juan 15:12,13 (RVR 1995)

«Mujeres, estén sujetas a sus maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amen a sus mujeres y no sean ásperos con ellas. Hijos, sean obedientes a sus padres en todo, porque esto es agradable al Señor. Padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desalienten.

»Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibirán la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien sirven».  Colosenses 3:18-21, 23,24 (NBLA)

«Humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor. Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz»  Efesios 4:2,3 (NVI)

«No digan malas palabras, sino palabras que ayuden y animen a los demás, para que lo que hablen le haga bien a quien los escuche».  Efesios 4:29 (PDT)

«Sobre todo, sean fervientes en su amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados».  1 Pedro 4:8 (NBLA)

«Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él los exalte a su debido tiempo. Depositen en Él toda ansiedad, porque Él cuida de ustedes.»  1 Pedro 5:6,7 (NVI)

«Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. […] Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue».  1 Corintios 13:2-8 (NVI)


[1] V. Elementos esenciales para la vida: comunicación, Rincón de los directores, 17 de mayo de 2022, https://directors.tfionline.com/es/post/elementos-esenciales-para-la-vida-comunicacion/

[2] Harrison Warren, Tish (10 de abril de 2022). «How a Cancer Diagnosis Makes Jesus’ Death and Resurrection Mean More», New York Times.

 

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