Enviado por Peter Amsterdam
noviembre 8, 2022
[The Story of Ruth (Part 3)]
Al final del artículo anterior vimos que Booz le dijo a Rut que podía espigar en sus campos con plena libertad hasta que estuvieran del todo cosechados. Ella, pues, siguió trabajando en sus campos con las mujeres durante la cosecha de la cebada y la del trigo, unos dos o tres meses.
Un día le dijo su suegra Noemí: «Hija mía, ¿no debo buscarte un hogar para que te vaya bien? ¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas has estado? Esta noche él avienta la parva de las cebadas. Te lavarás, pues, te perfumarás, te pondrás tu mejor vestido, e irás a la era; pero no te presentarás al hombre hasta que él haya acabado de comer y de beber. Cuando se acueste, fíjate en qué lugar se acuesta, ve, descubre sus pies, y acuéstate allí; él mismo te dirá lo que debas hacer». Rut respondió: «Haré todo lo que tú me mandes»[1].
A Noemí le preocupaba el futuro de Rut. Temía que no encontrara un marido que la cuidara y quería buscarle «un hogar». En otras traducciones de la Biblia ella le dice: «¿No he de buscar seguridad para ti?» (NBLA), «¿No debiera yo buscarte un hogar seguro donde no te falte nada?» (NVI), o: «Es tiempo de que yo te encuentre un hogar permanente para que tengas un porvenir asegurado» (NTV). Noemí tenía un plan. Le recordó que Booz era familiar de ellas, y por tanto un pariente-redentor; en otras palabras, tenía cierta obligación de casarse con Rut para mantener vivo el nombre de su difunto esposo (Mahlón). Desde el punto de vista de Noemí, mantener vivo el nombre de su hijo fallecido no era tan importante como encontrar un buen marido para Rut, que se había convertido en una hija para ella.
Noemí instó a Rut a actuar. Sabía que Booz estaría aventando cebada en la era aquella tarde, así que le dijo a Rut que se preparara bañándose, poniéndose su mejor vestido y perfumándose. Es posible que Rut llevara luto, por lo que al cambiarse de ropa daría a entender que ya no estaba de luto y que volvía a la vida normal.
Noemí también le mandó a Rut que no dejara que Booz la viera hasta que se acostara y se durmiera. Le dijo que se fijara en el sitio donde él dormía. Por lo visto no dormía con los trabajadores; quizá tenía un lugar especial a cierta distancia de ellos. Cuando se quedara dormido, debía destaparle los pies y acostarse allí. Noemí le aseguró que cuando Booz se despertara y encontrara a Rut a sus pies, ya le diría lo que debía hacer. Rut accedió a seguir las instrucciones de Noemí.
Descendió, pues, al campo, e hizo todo lo que su suegra le había mandado. Cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estaba contento, se retiró a dormir a un lado del montón. Un rato más tarde vino ella calladamente, le descubrió los pies y se acostó[2].
Después de comer y beber un poco, Booz seguramente se sentía satisfecho. Cuando anocheció, se dirigió a un costado del montón de grano y se quedó dormido. Rut se fijó en el lugar donde se acostaba. Cuando ya estaba dormido, ella se acercó, retiró lo que le cubría los pies para que quedaran expuestos al aire nocturno y se acostó a sus pies.
A la medianoche se estremeció aquel hombre, se dio vuelta, y descubrió que una mujer estaba acostada a sus pies. Entonces dijo: «¿Quién eres?» Ella respondió: «Soy Rut, tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano»[3].
Booz probablemente se llevó una gran sorpresa al encontrarse a una mujer a sus pies a media noche. Reaccionó preguntándole quién era. Rut le dijo que era su sierva (en otras traducciones de la Biblia se describe a sí misma como su esclava o servidora). Al identificarse ante Booz, Rut agrega que él es un «pariente cercano». Otras versiones de la Biblia dicen: «Redentor eres» (JBS), «Usted es el redentor de mi familia» (NTV), «Usted es un pariente que podría casarse conmigo» (PDT), «Usted es un pariente que me puede redimir» (NVI), o: «Tú eres pariente redentor» (RVA-2005). Algunos han especulado que este encuentro de Booz y Rut fue de carácter sexual; pero las notas de estudio de la versión ESV explican: «A veces se sugiere que la expresión “a sus pies” (lit., “el lugar de los pies”, en hebreo margelot) es un eufemismo para referirse al contacto sexual, pero no hay pruebas de ello, y en este relato estaría fuera de lugar».
Booz entendía cuál era la responsabilidad de un redentor: debía casarse con Rut para engendrar un hijo que sería considerado hijo de Mahlón, su primer marido e hijo de Noemí.
Dijo Booz: «El Señor te bendiga, hija mía; tu segunda bondad ha sido mayor que la primera, pues no has ido en busca de algún joven, pobre o rico. Ahora, pues, no temas, hija mía; haré contigo como tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa. Aunque es cierto que soy pariente cercano, hay un pariente más cercano que yo»[4].
En vez de mostrarse reacio o vacilante, Booz se ilusionó ante la perspectiva de casarse con Rut y le deseó que Dios la bendijera. La diferencia de edad entre ambos debía de ser significativa, ya que la volvió a llamar «hija mía». Es probable que se sintiera muy viejo para ella, y que no hubiera querido incomodarla manifestando interés en ella. Pero después que ella acudió a él, se sintió libre de expresar sus sentimientos.
Al decirle: «Tu segunda bondad ha sido mayor que la primera», Booz probablemente se refería a cómo había cuidado de Noemí, considerando que esa había sido su primera bondad. Para él, la bondad que ella había manifestado al escoger casarse con él superaba incluso todo lo que había hecho por Noemí. Por supuesto, eso lo dijo alguien que estaba enamorado de ella. En realidad, puede que la decisión de Rut de dejar su familia, su tierra y su religión para cuidar a su suegra fuera la mayor bondad; pero no en la mente de Booz.
Booz continuó diciendo: «No has ido en busca de algún joven, pobre o rico». Era consciente de que Rut era joven y hermosa; fácilmente podría haber encontrado un hombre más joven con el que casarse. En cambio, había acudido a él. «Ahora, pues, no temas, hija mía; haré contigo como tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa». Booz accedió a lo que Rut le pedía. También comentó que los habitantes de Belén sabían que es una mujer virtuosa. En otras traducciones de la Biblia dice que sabían que era «una mujer ejemplar», «una gran mujer» o «una mujer respetable».
Sin embargo, había un impedimento. Booz le explicó: «Aunque es cierto que soy pariente cercano, hay un pariente más cercano que yo». Había un pariente más cercano de su difunto marido, Mahlón, lo cual significaba que ese pariente era el que tenía la obligación de casarse con ella. Sin embargo, si él optaba por no hacerlo, Booz sería el siguiente en la línea.
«Pasa aquí la noche, y cuando sea de día, si él te redime, bien, que te redima; pero si no quiere redimirte, yo te redimiré. El Señor es testigo. Descansa, pues, hasta la mañana». Después que durmió a sus pies hasta la mañana, se levantó Rut antes que los hombres pudieran reconocerse unos a otros; porque Booz había dicho: «Que no se sepa que una mujer ha venido al campo». Después él le pidió: «Quítate el manto con que te cubres y sujétalo bien». Mientras ella lo sujetaba, midió Booz seis medidas de cebada y se las puso encima. Entonces ella se fue a la ciudad[5].
Booz le explicó a Rut que, si el pariente que era más cercano decidía casarse con ella, estaba en su derecho. Sin embargo, si optaba por no hacerlo, él se comprometía a casarse con ella. Una vez tomada la decisión, le dijo que se acostara a sus pies hasta la mañana. A primera hora, cuando todavía estaba oscuro, ella se levantó. Booz había dado la orden (probablemente a un criado de confianza) de que nadie debía enterarse de que una mujer había pasado la noche en la era.
Antes de que Rut se fuera, Booz le dio seis medidas de cebada. Lo hizo con un doble propósito. En primer lugar, como prenda para Noemí de su intención de casarse con su hija si el primer redentor decidía no hacerlo. En segundo lugar, para que si alguien veía a Rut fuera tan temprano por la mañana, supusiera que había ido a comprar grano y que regresaba a su casa, y nada más.
Cuando llegó a casa de su suegra, esta le preguntó: «¿Qué hay, hija mía?» Rut le contó todo cuanto le había ocurrido con aquel hombre, y añadió: «Me dio estas seis medidas de cebada, y me dijo: “Para que no vuelvas a la casa de tu suegra con las manos vacías”. Entonces Noemí dijo: «Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve esto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy»[6].
Noemí animó a Rut a aguardar pacientemente a ver qué ocurría. Adivinaba que la intención de Booz era casarse con Rut, pero sabía también que, según la ley, otro pariente tenía derecho a casarse con ella, a menos que renunciara a hacerlo. Noemí estaba segura de que el asunto se resolvería ese mismo día, aunque tendrían que esperar para conocer el desenlace.
(Continuará.)
A menos que se indique otra cosa, todos los versículos de la Biblia proceden de la versión Reina-Valera, revisión de 1995 © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. Utilizados con permiso.
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