Enviado por María Fontaine
noviembre 29, 2022
[Christmas Hope]
Pensaba en la Navidad y en todo lo que significa y en todo lo que podría decirse de ella. A lo largo de los años, los cristianos han examinado las maravillas del nacimiento de Jesús y cómo influyó en el mundo. Es un bello mensaje y me encanta.
Jesús trajo a la humanidad una comprensión más clara del poder y grandeza del amor de Dios. Existió antes del inicio de la creación y el tiempo. Él es el gran YO SOY; sin embargo, se humilló a sí mismo para tomar una forma que pudiéramos comprender y manifestó Su amor de una manera que todos pudiéramos captar y recibir.
Lo que nuestra mente entiende completamente parece poco en comparación con las maravillas de las que nos cuentan la ciencia y la fe y que están a nuestro alrededor. Solo podemos imaginar la plena realidad de muchas cosas que nos afectan a diario. Se debe a que gran parte incluso del mundo físico va más allá de lo que nuestros sentidos pueden detectar y comprender.
Solo oímos una pequeña gama de sonidos. Solo vemos una pequeña parte del espectro de luz, y se descubren muchas otras formas de energía que hasta hace poco únicamente unas cuantas personas teorizaban sobre ellas.
En este sentido, pensemos en lo que de hecho sabemos de la Navidad y lo que llevó a Jesús a venir a este mundo.
Sabemos que Jesús es el Hijo de Dios y que también es Dios, como se expresó en muchas profecías de la Biblia y según las palabras del mismo Jesús.
Sabemos que Jesús existió antes de la creación y antes de que empezara el tiempo.
«Ahora, glorifícame Tú, Padre, junto a Ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera». Juan 17:5 (NBLA)
Sabemos que Él es el resplandor y la representación exacta de la gloria y naturaleza de Dios.
Él es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de Su ser y el que sostiene el universo con Su palabra poderosa. Hebreos 1:3 (NBV)
Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque por medio de Él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de Él y para Él. Él es anterior a todas las cosas, que por medio de Él forman un todo coherente. Colosenses 1:15-17 (NVI)
Sabemos que el Espíritu de Dios es amor.
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a Su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de Él. 1 Juan 4:7-9 (NBLA)
Sabemos que Jesús gobierna sobre toda la creación.
«Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin». Apocalipsis 22:13 (NVI)
Pues nos ha nacido un niño, un hijo se nos ha dado; el gobierno descansará sobre Sus hombros, y será llamado: Consejero Maravilloso, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Isaías 9:6 (NTV)
En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad; y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre. Juan 1:1, 14 (RVR1995)
Por la fe comprendemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Hebreos 11:3 (RVR1995)
Sabemos que Jesús decidió tomar forma humana y vivir con los lazos y restricciones del tiempo y de la carne, y hacer frente a todo lo que enfrentan los seres humanos.
Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. Hebreos 4:15 (NVI)
Sabemos que todo lo que Jesús decidió hacer por nosotros es una manifestación de la naturaleza y gloria de Dios.
Nadie ha visto jamás a Dios, pero el Hijo único, quien Él mismo es Dios, nos lo ha dado a conocer. Él está lo más cercano al Padre. Juan 1:18 (PDT)
Dios decidió, por amor a nosotros, hacer el máximo sacrificio a fin de rescatarnos. Permitió que Su Hijo Jesús muriera por nuestros pecados. Lo hizo a pesar de nuestra rebelión contra Él. Al rescatarnos, Jesús llevó a cabo el acto supremo de amor puro.
Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar Su vida en rescate por muchos. Mateo 20:28 (NTV)
«El Espíritu del Señor está sobre Mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor». Lucas 4:18,19 (NVI)
Luego enrolló el libro, se lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos los que estaban en la sinagoga lo miraban detenidamente, y Él comenzó a hablarles: «Hoy se cumple esta Escritura en presencia de ustedes». Lucas 4:20,21 (NVI)
Pero Dios demuestra Su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por Su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de Él. Romanos 5:8,9 (NBLA)
Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos. Hebreos 4:16 (NVI)
El que Jesús viniera a la Tierra fue el acto más abnegado que pudiéramos comprender. Y si eso no fuera lo bastante asombroso, Él hizo el máximo sacrificio y entregó esta vida por nosotros a través de una muerte cruel y dolorosa en la cruz, recibiendo Él mismo la paga de nuestro pecado. Por conducto de ese máximo sacrificio de amor, Dios nos ofrece vida eterna con Él.
Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios. Romanos 3:23 (RVR1995)
Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro. Romanos 6:23 (RVR1995)
Quien nos salvó y nos llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito Suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, quien quitó la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio. 2 Timoteo 1:9,10 (RVC)
Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en Su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Juan 1:12 (RVR1995)
Quizá a algunos la Navidad les parezca simplemente la celebración de un bebé que fue especial, pero ese nacimiento demostró a todo el universo el poder del amor de Dios, que lo abarca todo.
La Navidad fue un acontecimiento singular que ocurrió en un pequeño país, en un diminuto pueblo, hace dos mil años. Sin embargo, por medio de ese suceso, la luz del amor de Dios llegó al corazón y al entendimiento de la humanidad.
Si puedes empezar a imaginarte la profundidad del amor detrás del relato de la Navidad y todo lo que representa, oro que aceptes el regalo de salvación que ofrece Jesús, si no lo has hecho ya. Puedes hacerlo sencillamente al orar y pedir a Jesús que perdone tus pecados y que entre en tu corazón. Si ya aceptaste a Jesús como tu Salvador, oro que encuentres la oportunidad de llevar a otros estas noticias excelentes, de modo que ellos también puedan tomar parte en el plan de Dios.
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