Enviado por Peter Amsterdam
octubre 13, 2010
Ser cristiano sin duda parece como una dura escalada de principio a fin. Cuando se piensa en todo lo que Jesús dijo y se intenta ponerlo en práctica, es bastante difícil. ¿Por qué? Porque no es algo que viene naturalmente. Una buena parte de lo que Él enseñó va en contra de nuestra naturaleza humana. Repasemos la lista que doy más adelante y pregúntate si lo que Jesús dijo en los siguientes versículos es algo natural en ti.
Amen a sus enemigos.
Hagan bien a quienes los odian.
Bendigan a quienes los maldicen.
Oren por quienes los maltratan.
Si alguien te pega en una mejilla, vuélvele también la otra.
Si alguien te quita la camisa, no le impidas que se lleve también la capa.
Dale a todo el que te pida, y si alguien se lleva lo que es tuyo, no se lo reclames.
Denles prestado sin esperar nada a cambio.[1]
Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.[2]
También dijo otras cosas que cuestan ponerlas en práctica.
No acumulen para sí tesoros en la tierra.[3]
Anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.[4]
¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes.[5]
Jesús dijo todo lo anterior (y mucho más), y espera que lo hagamos. Ese es el problema. Él hablaba en serio cuando decía que se supone que hagamos todo eso. ¡Y es difícil hacerlo!
Es obvio que si uno va a ser seguidor de Jesús, va a costar.
¿Por qué alguien estaría dispuesto a seguir a Jesús, considerando lo difícil que es? Hay muchas buenas razones, pero mencionaré solo dos.
(1) Porque el hombre que dijo todo eso es Dios.
Jesús, la Palabra de Dios, la expresión del Padre, caminaba por la tierra diciendo todo eso. Si Él expresaba las ideas de Dios, lo que Dios piensa de esos temas, si comunicaba a la humanidad lo que Dios considera importante, o los actos y actitudes del hombre que son valiosos para Dios, entonces es una buena idea considerar en serio tratar de hacer lo que dijo; aunque sea difícil.
Estoy bastante seguro de que Jesús sabía que vivir conforme a lo que dijo y seguirlo, sería difícil, pues también era humano y tuvo todas las mismas tentaciones que nosotros. Pero lo dijo de todos modos.
Tenía que saber que mucho de lo que nos pidió a Sus discípulos iba contra el instinto natural humano. Los humanos tenemos tendencia a ser orgullosos; si alguien nos golpea o nos roba o se aprovecha de nosotros en un negocio, en muchos casos tenemos ganas de vengarnos. Con frecuencia somos egoístas, o por lo menos interesados, por naturaleza. Porque ser de esa manera es natural; no serlo es lo difícil.
Sin embargo, Jesús claramente intentaba hacernos ver que Él esperaba que actuáramos de forma que no va conforme a la naturaleza humana. Diría que Él nos invitó a luchar al darnos una vislumbre de cómo quiere que seamos. Al fin y al cabo, dijo: «El que me ama, obedecerá Mi palabra».[6] Así que hubo expectativa de que intentáramos hacerlo, aunque sea difícil.
(2) La segunda razón es un poco menos noble que hacerlo porque Dios mismo lo dijo; y esa es: «¿Qué gano con eso?»
Es justo hacer esa pregunta, ¿verdad? Ser cristiano es difícil, ¿cierto? Si voy a hacer esas cosas, sin duda debe haber alguna compensación.
Bueno, Jesús es justo; no ofrece un trato a cambio de nada. Así que echemos un vistazo al paquete.
En primer lugar, tienes vida eterna; y eso es importante. Saber que vivirás por la eternidad es una parte importante del acuerdo. Debes pensar a largo plazo, un plazo muy largo. Es prudente no solo arreglárselas por ahora, sino también poner algo para más adelante, para entonces. Y entonces es mucho tiempo. Cuando pienses en lo que vas a adquirir, querrás esperar con ilusión el futuro, invertir ahora para entonces.
En las Escrituras queda muy claro que hay recompensas dadas en la otra vida que están relacionadas con la manera en que llevamos esta vida temporal.
Apocalipsis 22:12: ¡Miren que vengo pronto! Traigo conmigo Mi recompensa, y le pagaré a cada uno según lo que haya hecho. (NVI.)
Colosenses 3:23-24: Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor. (NVI.)
1 Corintios 3:11-14 dice: Nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo. Si alguien construye sobre este fundamento, ya sea con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y paja, su obra se mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto. El fuego la dará a conocer, y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. Si lo que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa. (NVI.)
Lucas 6:22-23: Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los profetas. (RV 1960.)
Mateo 16:27: El Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con Sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. (RV 1960.)
Además de las recompensas en la otra vida, Dios también nos recompensa en esta vida.
Marcos 10:28-30: Entonces Pedro comenzó a decirle: «Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Respondió Jesús y dijo: «De cierto os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de Mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, aunque con persecuciones, y en el siglo venidero la vida eterna». (RV 1995.)
Mateo 6:3-4: Cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público. (RV 1995.)
Jesús dice con claridad que debemos acumular tesoros en el Cielo.
Mateo 6:20 dice: Acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. (NVI.)
Es evidente que las Escrituras afirman que seremos recompensados, tanto en esta vida como en la otra, por hacer lo que Jesús dijo que hiciéramos, aunque sea difícil. Es posible que el hecho de que sea tan difícil tenga algo que ver con la razón por la que seremos recompensados por hacerlo.
Así pues, dos razones para hacer esas cosas difíciles son que Dios dijo que deberíamos hacerlas y que seremos recompensados por hacerlas; tanto ahora como después. Dediquemos un minuto a ver las recompensas futuras.
Jesús afirma que tenemos los medios para acumular tesoros en el Cielo. Es como una inversión para el futuro; tomar decisiones acertadas ahora que harán que nuestro futuro sea mejor. Es posible que sea un poco parecido a poner dinero en un banco.
Lo que voy a decir tal vez suene un poco inclinado hacia el aspecto económico, pero creo que ayuda a entender ese punto.
Imagínate que cada vez que manifiestas amor o bondad a alguien se depositaran 100 euros en tu cuenta de banco. O que cada vez que has testificado a alguien, se depositaron 500 euros. ¿Y si prestaras a alguien dinero y no esperaras que te lo devolviera, pero recibieras el doble de esa cantidad en tu cuenta? ¿O si cada vez que vuelves la otra mejilla, te depositaran un cheque?
Si eso pasara, entonces hacer lo que dijo Jesús no parecería tan difícil, ¿verdad?
Vamos a vivir para siempre. Invirtamos en el futuro. Aunque sea difícil.
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