Enviado por Peter Amsterdam
diciembre 17, 2013
Algo que siempre me ha encantado de la Navidad es escuchar y cantar los hermosos villancicos que se han compuesto a lo largo de los siglos. Es más, me gustan tanto que a menudo los escucho en otras épocas del año. Muchos de ellos son obras maestras de la música y me conmueven en gran medida. Hace poco —cuando buscaba en Internet la letra de mis villancicos favoritos—, vi como nunca antes la belleza de su poesía y el poder de su propósito.
Lo que me llamó la atención en medio de la rima y la repetición que requieren las canciones, es que entregan mensajes convincentes y llenos de matices. Hablan de verdades profundas acerca de Jesús, Su encarnación, misión, propósito y poder, además de Su amor y sacrificio por la humanidad. No solo dan un testimonio contundente del Salvador y de la salvación, sino que además, para quienes lo seguimos a Él, son un recordatorio de las profundas verdades de nuestras creencias.
A medida que leía la letra de esos villancicos estupendos y pensé en la manera magistral en que los compositores unieron las palabras y los ritmos para explicar lo que significa Cristo y la Navidad, quedé muy conmovido. Por siglos esos villancicos han narrado a varias generaciones el nacimiento de quien dejó el Cielo para traer salvación. Nos recuerdan, como lo hicieron a nuestros ancestros espirituales, la importancia de que este día —el nacimiento de Cristo—, festejemos a Jesús, el hijo de Dios que vivió entre nosotros y dio Su vida por nosotros a fin de que vivamos para siempre. En esos bellos villancicos está incorporada la verdad de lo que Dios ha hecho para llevar salvación a la humanidad.
He seleccionado algunas frases o estrofas que me han impresionado más de una variedad de villancicos que presentan varios aspectos del mensaje de quién es Jesús, que haya nacido de una virgen, de la salvación, la gracia, la redención, el nuevo nacimiento, la resurrección y otros fundamentos de nuestra fe. También incluí enlaces a toda la versión de los villancicos, la mayoría no solo incluyen la canción, sino también la letra. A medida que los escuchen espero que los conmueva como a mí me conmovió el poder de su mensaje y el amor que nuestro Salvador, Jesús, tiene por cada uno de nosotros.
Adeste, fideles (Venid, fieles todos) escrita a mediados del siglo XVIII, habla de que la Palabra de Dios cobra vida y toma la forma de un hombre terrenal que entiende y se compadece de la fragilidad humana. Esta frase lo expresa bien: «Del Padre Eterno, Verbo hecho carne». Jesús, el verbo que existe antes de la encarnación, la Palabra de Dios, renunció a lo que era Suyo y tomó naturaleza de siervo. Haciéndose como todos los hombres y presentándose como un hombre cualquiera, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, hasta la muerte en la cruz[1].
En este bello y alegre villancico también se reafirman verdades expresadas en el símbolo niceno, una de las principales declaraciones de fe del cristianismo, lo que incluye frases que expresan que Jesús no es una creación de Dios, sino que es igual al Padre.
Dios de Dios, luz de luz
gestado en las entrañas de una mujer,
Dios verdadero, engendrado, no creado.
Venid, adoremos, venid, adoremos,
venid, adoremos al Señor.
Hacer clic aquí para escuchar el villancico en inglés.
Noche de paz, noche de amor, compuesta originalmente en alemán por Joseph Mohr. Franz Gruber le puso música en 1818. En una estrofa habla de Jesús, la luz del mundo, y en otra dice que es nuestro buen redentor, que trae la redención de Dios a la humanidad.
Noche de paz, noche de amor.
Ved que bello resplandor
luce en el rostro del Niño Jesús.
En el pesebre del mundo la luz.
Astro de eterno fulgor,
astro de eterno fulgor.
Esa estrofa refleja lo que Jesús dijo de Sí mismo, además de lo que el apóstol Juan informa en el cuarto Evangelio, que Jesús es la luz del mundo.
Yo he venido como una luz para brillar en este mundo de oscuridad, a fin de que todos los que pongan su confianza en Mí no queden más en la oscuridad[2].
«Yo soy la luz del mundo. Si ustedes me siguen, no tendrán que andar en la oscuridad porque tendrán la luz que lleva a la vida»[3].
La Palabra le dio vida a todo lo creado, y su vida trajo luz a todos. La luz brilla en la oscuridad, y la oscuridad jamás podrá apagarla. Aquel que es la luz verdadera, quien da luz a todos, venía al mundo[4].
En la versión en inglés de este villancico habla del amanecer de la gracia redentora, el regalo de la gracia divina que nos redime de los pecados.
Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de Su Hijo y perdonó nuestros pecados. Él desbordó Su bondad sobre nosotros […][5].
Con una bondad que no merecemos, Dios nos declara justos por medio de Cristo[6].
Hacer clic aquí para escuchar el villancico en inglés.
Villancico compuesto en 1865. El autor es William Chatterton Dix. Le puso la música de una canción tradicional inglesa: Greensleeves. ¿Qué niño es este? habla de Jesús como Dios encarnado, el Rey de reyes, que sin embargo nació pobre y en una situación humilde. Representa de manera magnífica la Palabra de Dios que ruega por los pecadores. En la versión en inglés el villancico también habla de la muerte que Él estuvo dispuesto a sufrir por amor a todos nosotros.
¿Por qué en humilde establo así
el niño es hoy nacido?
Por todo injusto pecador
su amor ha florecido.
Él es el Cristo, el rey.
Pastores y ángeles cantan:
«Venid, venid a Él,
al hijo de María».
Cuando llegaron a un lugar llamado «La Calavera», lo clavaron en la cruz […][7].
Cuando llegaron a Jesús, vieron que ya estaba muerto. […] Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y, de inmediato, salió sangre y agua[8].
Incienso, mirra y oro le dan;
por todo el mundo anunciad,
que es Rey de reyes y salvación
a todos nos trae con Su amor.
Don, don de Dios es Él,
arrulla la Virgen al Bebé.
Ved, ved Jesús nació,
el Hijo de María.
En otra versión dice: «Traed ofrendas en Su honor el rey como el labriego, al rey de reyes, salvador, un trono levantemos». Llama a todos, labriego o rey, rico o pobre, a fin de que Jesús sea parte de su vida y eso se lleva a cabo al acercarse a Él y recibir la salvación.
No quiere que nadie sea destruido, quiere que todos se arrepientan[9].
Dios amó tanto al mundo que dio a Su único Hijo, para que todo el que crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna[10].
Cristo, el Rey de reyes, trae la salvación.
Jesús llegó a ser la fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen[11].
Dios escogió salvarnos por medio de nuestro Señor Jesucristo y no derramar Su enojo sobre nosotros[12].
En la versión en inglés dice que los corazones amorosos ensalcen al Señor y lo coloquen en un trono. Eso me recuerda que cuando aceptamos a Jesús en nuestro corazón, Él está en un trono en nuestro interior.
Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo[13].
Él nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al reino de Su Hijo amado, quien compró nuestra libertad y perdonó nuestros pecados[14].
Estas son dos interpretaciones de ese villancico en inglés. Las dos son excelentes:
Mary’s Boy Child (El niño de María) es un villancico contemporáneo. Tiene ritmo calipso[15]. Jester Hairson lo compuso en 1956. Expresa el fruto del sacrificio de Jesús por nosotros, la vida eterna a disposición de toda la humanidad por medio de Jesús.
Los ángeles cantan: Escucha, hoy un rey ha nacido.
Por lo ocurrido en Navidad, la humanidad vivirá para siempre.
Disfrutamos de la vida eterna que Él nos prometió[16].
Les doy vida eterna, y nunca perecerán[17].
Los que creen en el Hijo de Dios tienen vida eterna[18].
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Dichosa tierra es un villancico de Isaac Watts, compositor de himnos; lo escribió en 1719. Está basado en el salmo 98, que nos dice: Aclamen al Señor, habitantes de toda la tierra; ¡prorrumpan en alabanza y canten de alegría! Canten alabanzas al Señor con el arpa, con el arpa y dulces melodías, con trompetas y el sonido del cuerno de carnero. ¡Toquen una alegre sinfonía delante del Señor, el Rey![19]
En 1839, Lowell Mason le puso la música que tiene actualmente el villancico de Watt. Tanto la música como la letra de Dichosa tierra hacen que el villancico sea muy animador. Habla de que el Salvador reina; Él reina actualmente en nuestro corazón y en el futuro reinará también sobre toda la tierra.
Dichosa tierra, el Salvador triunfante ha de reinar.
Resuenen coros de loor
en cielo, tierra y mar;
en cielo, tierra y mar.
Al Hijo le dice: «Tu trono, oh Dios, permanece por siempre y para siempre. Tú gobiernas con cetro de justicia»[20].
Entonces el séptimo ángel tocó su trompeta, y hubo fuertes voces que gritaban en el cielo: «Ahora el mundo ya es el reino de nuestro Señor y de Su Cristo, y Él reinará por siempre y para siempre»[21].
Ya la maldad vencida es; la tierra paz tendrá.
La bendición del Salvador quitó la maldición,
quitó la maldición; quitó la maldición,
Jesús quitó la maldición.
Esa estrofa hace referencia a la maldición de Dios sobre la tierra, debido al pecado de Adán.
La tierra es maldita por tu culpa. Toda tu vida lucharás para poder vivir de ella. Te producirá espinos y cardos, aunque comerás de sus granos[22].
El villancico habla de que Jesús ha venido a fin de que lleguen en abundancia Sus bendiciones donde sea que la maldición se encuentre. Eso significa que Sus bendiciones inundarán toda la Tierra, pues la maldición se encuentra en toda la Tierra. Su bendición eterna, la bendición de la salvación, se proclama por medio del Evangelio, el que Él encargó a Sus seguidores que comunicaran por toda la Tierra, donde sea que se encuentre la maldición.
Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Noticia a todos»[23].
Y se predicará la Buena Noticia acerca del reino por todo el mundo, de manera que todas las naciones la oirán[24].
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Los tres reyes magos es un villancico de John Henry Hopkings, hijo. Compuso la letra y la música en 1863. Está basado en el relato de la natividad del Evangelio de Mateo. Habla de los regalos que los reyes magos dieron a Jesús, y el simbolismo de cada regalo en relación con el papel de Jesús como Rey, Dios y Salvador.
Al que ha nacido en Belén,
oro llevo, pues es un Rey.
Para siempre, eternamente,
ha de permanecer.
En el Antiguo Testamento, además de simbólicamente en el libro de Apocalipsis, el oro fue empleado en relación con la autoridad real. Cuando a José se le dio autoridad para actuar en nombre del faraón, le pusieron un collar de oro. Asimismo, en el libro de Ester dice que a Mardoqueo se le entregó un manto real y una corona de oro para hacer ver que daba órdenes en nombre del rey. Las coronas reales también eran de oro[25]. Los reyes magos siguieron la estrella cuando iban en busca del «rey de los judíos»[26]. En el villancico, el oro hace referencia al nacimiento de Jesús como el Rey de reyes[27].
Rico incienso ofreceré yo,
que es perfume propio de un Dios.
¡Alabemos y adoremos
al que es nuestro Señor!
El olíbano o incienso es una resina aromática. Proviene de árboles de la familia de las Burseráceas, originarios de Arabia. Se molía y al quemarse despedía un aroma. Era uno de los ingredientes principales del incienso santo que se empleaba para alabar a Dios en el tabernáculo. También se colocaba una cantidad en las ofrendas quemadas que se ofrecían al Señor en el altar[28]. En el villancico, la referencia que se hace al incienso simboliza la deidad de Jesús, Dios en las alturas, a quien oramos, adoramos y alabamos.
Mirra llevo para anunciar
una vida de gran pesar,
pena ingente, sangre y muerte
que a la tumba llevarán.
La mirra es una sustancia resinosa aromática; proviene de unos árboles pequeños que crecían en Arabia. Entre otros usos, se utilizaba como perfume para la ropa[29]. También era el principal ingrediente de los aceites que se utilizaban para ungir las vasijas en el templo y a los sacerdotes. También se empleaba para embalsamar a los muertos. De ahí que en el villancico se hable de anunciar un gran pesar[30] [31]. En las crucifixiones se mezclaba vino con mirra y se le daba a los que estaban en la cruz para drogarlos[32]. Los soldados romanos ofrecieron eso a Jesús cuando sufría en la cruz, pero Él no lo aceptó[33].
La autoridad y realeza de Jesús, Su sumo sacerdocio, además de Su sacrificio y muerte por todos nosotros se representa en este villancico bello y conmovedor.
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Charles Wesley, hermano del famoso predicador y evangelista John Wesley, compuso Oíd un son en alta esfera en 1739. La música original era solemne; un siglo después Felix Mendelssohn hizo una revisión y dejó el villancico con el ritmo alegre y hermoso que tiene en la actualidad. El mensaje de reconciliación con Dios, la paz que trajo el Príncipe de Paz, el regocijo por que Jesús es el Mesías, el Rey, le dan a este villancico un significado profundo.
Oíd un son en alta esfera: «¡En los cielos gloria a Dios!
¡Al mortal paz en la tierra!», canta la celeste voz.
Con los cielos alabemos, al eterno Rey cantemos,
a Jesús que es nuestro bien, con el coro de Belén.
Canta la celeste voz: «¡En los cielos gloria a Dios!»
En la versión en inglés, este villancico habla de que Dios y los pecadores se reconcilian:
Pues a Dios, en toda Su plenitud, le agradó vivir en Cristo, y por medio de Él, Dios reconcilió consigo todas las cosas. Hizo la paz con todo lo que existe en el cielo y en la tierra, por medio de la sangre de Cristo en la cruz. Eso los incluye a ustedes, que antes estaban lejos de Dios. Eran sus enemigos, estaban separados de Él por sus malos pensamientos y acciones; pero ahora Él los reconcilió consigo mediante la muerte de Cristo en Su cuerpo físico. Como resultado, los ha trasladado a Su propia presencia, y ahora ustedes son santos, libres de culpa, y pueden presentarse delante de Él sin ninguna falta[34].
Jesús es visto como Rey:
Todos Sus seguidores comenzaron a gritar de alegría y a alabar a Dios por todos los milagros que habían visto. Decían: «¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!»[35]
Príncipe de paz eterna, gloria a Ti, a Ti Jesús.
Entregando el alma tierna, Tú nos traes vida y luz.
Has tu Majestad dejado, y buscarnos te has dignado;
para darnos el vivir, a la muerte quieres ir.
Canta la celeste voz: «¡En los cielos gloria a Dios!»
En este villancico se proclama a Jesús como el Príncipe de Paz.
Pues nos ha nacido un niño, un hijo se nos ha dado; el gobierno descansará sobre Sus hombros, y será llamado: Consejero Maravilloso, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz[36].
Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón[37].
Por lo tanto, ya que fuimos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros[38].
En la versión original en inglés, dice que en Sus alas trae curación.
Para ustedes que temen Mi nombre, se levantará el Sol de Justicia con sanidad en sus alas[39].
Una inmensa multitud le llevó a personas cojas, ciegas, lisiadas, mudas y a muchas más. Las pusieron delante de Jesús y Él las sanó a todas[40].
En la versión original en inglés, dice que nació a fin de que nosotros volvamos a nacer.
Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha llegado a ser un hijo de Dios[41].
Es por Su gran misericordia que hemos nacido de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los muertos. Ahora vivimos con gran expectación[42].
Nació a fin de que resucitáramos.
Dios nos levantará de los muertos con Su poder, tal como levantó de los muertos a nuestro Señor[43].
Sabemos que Dios, quien resucitó al Señor Jesús, también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará ante sí mismo junto con ustedes[44].
Hacer clic aquí para escuchar el villancico en inglés.
Noche gloriosa es uno de mis villancicos preferidos. Es más, es mi canción favorita. Tanto la letra como la melodía conmueven hondamente. Explica con claridad el mensaje de esperanza, el que está a disposición de todo el que cree en Jesús y el efecto que Su vida tiene en quienes llegan a conocerlo. En la actualidad, generalmente se cantan solo dos estrofas que contienen bellas alegorías con mensajes que dejan huella, tales como:
Yacía el mundo sumido en el pecado,
al llegar Él puso fin al dolor.
Nos enseñó a amarnos como hermanos
y nos legó el evangelio de paz.
Llegará el día en que Él reine soberano
y así por fin la opresión cesará.
Además de dos estrofas y el estribillo que se cantan normalmente, en inglés hay otra estrofa que no podíamos encontrar en una grabación del villancico. Esa tercera estrofa, que rara vez se canta, contiene una alegoría conmovedora acerca de consuelo en épocas difíciles.
El Rey de reyes yace en un humilde pesebre,
¡será nuestro Amigo en todos nuestros padecimientos!
Sabe lo que necesitamos y conoce nuestra debilidad.
Contemplen a su Rey; arrodíllense delante de Él con humildad.
(Traducción directa de la versión inglesa.)
Jesús siempre nos apoya. En la travesía de la vida, en pruebas y padecimientos, Él está presente. Como dice el villancico, Jesús es nuestro Amigo. No desconoce nuestras debilidades. Lo sabe todo de nosotros: lo bueno, lo malo y lo feo. Nos ama a pesar de cómo somos. Nos ama porque Él es amor. Quiere ser parte de nuestra vida; y no solo en nuestras dificultades —cuando clamamos a Él al encontrarnos en necesidad—, sino también en nuestros momentos de alegría y felicidad, cuando celebramos nuestros logros y los de familiares y amigos.
En Navidad recordamos Su nacimiento, y es un momento estupendo del año para pensar en Él y en todo lo que ha hecho por nosotros. Sin embargo, lo que ha hecho por nosotros va más allá de la temporada navideña; afecta nuestra vida cotidiana. Él es parte integral de nuestra vida; tenemos una relación personal con Jesús. Quiere ser parte de todo lo que hacemos —y Él puede serlo— a diario, tanto como se lo permitamos.
A medida que cantamos villancicos este año, es un momento estupendo para reflexionar en lo que significan, en lo que Jesús ha hecho, en el amor que Él ha dado y en el gran amor que tiene por nosotros y por nuestros congéneres. Y el año próximo, sigan con esas reflexiones y amor. Ámenlo, amen a Sus creaciones, sean agradecidos por todo lo que Él ha hecho. Disfrútenlo. Él los ama muchísimo. Que tengan una estupenda Navidad en Cristo.
Hacer clic aquí para escuchar el villancico en inglés.
A menos que se indique otra cosa, todas las frases textuales de la Biblia que aparecen en este artículo provienen de la Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Derechos reservados.
[1] Filipenses 2:7-8; DHH.
[2] Juan 12:46.
[3] Juan 8:12.
[4] Juan 1:4-5, 9.
[5] Efesios 1:7-8.
[6] Romanos 3:24.
[7] Lucas 23:33.
[8] Juan 19:33-34.
[9] 2 Pedro 3:9.
[10] Juan 3:16.
[11] Hebreos 5:9.
[12] 1 Tesalonicenses 5:9.
[13] Romanos 10:9.
[14] Colosenses 1:13-14.
[15] El calipso (llamado también calypso) es el nombre de un género musical originario de Trinidad y Tobago, muy popular en las islas del Caribe. Es tanto anglófono como francófono. Fuente: Wikipedia
[16] 1 Juan 2:25.
[17] Juan 10:28.
[18] Juan 3:36.
[19] Salmo 98:4-6.
[20] Hebreos 1:8.
[21] Apocalipsis 11:15.
[22] Génesis 3:17-18.
[23] Marcos 16:15.
[24] Mateo 24:14.
[25] Cuando David llegó a Rabá quitó la corona de la cabeza del rey y la colocaron sobre la de él. La corona estaba hecha de oro con gemas incrustadas y David descubrió que pesaba treinta y cuatro kilos (1 Crónicas 20:2).
Luego Mardoqueo salió de la presencia del rey vestido con el manto real azul y blanco, con una gran corona de oro y con una capa de púrpura y lino de la más alta calidad. La gente de Susa también celebró (Ester 8:15).
Entonces vi una nube blanca y sentado en la nube estaba alguien parecido al Hijo del Hombre. Tenía una corona de oro en la cabeza y en la mano una hoz afilada (Apocalipsis 14:14).
[26] Jesús nació en Belén de Judea durante el reinado de Herodes. Por ese tiempo, algunos sabios de países del oriente llegaron a Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Vimos Su estrella mientras salía y hemos venido a adorarlo» (Mateo 2:1-2).
[27] L. Ryken, J. Wilhoit, T. Longman, C. Duriez, D. Penney y D. G. Reid, Dictionary of Biblical Imagery (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2000).
[28] W. A. Elwell y B. J. Beitzel, Baker Encyclopedia of the Bible (Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1988).
[29] Por eso Dios —Tu Dios— te ha ungido derramando el aceite de alegría sobre ti más que sobre cualquier otro. Mirra, áloe y casia perfuman Tu manto (Salmo 45:7-8).
La he perfumado con mirra, áloes y canela (Proverbios 7:17).
[30] Lo acompañó Nicodemo, el hombre que había ido a ver a Jesús de noche. Llevó consigo unos treinta y tres kilos de ungüento perfumado, una mezcla de mirra y áloe. De acuerdo con la costumbre de los entierros judíos, envolvieron el cuerpo de Jesús untado con las especias en largos lienzos de lino (Juan 19:39-40).
[31] P. Perkins, M. A. Powell, ed., The HarperCollins Bible Dictionary (revisado y actualizado) (New York: HarperCollins, 2011).
[32] M. G. Easton, Easton’s Bible Dictionary (New York: Harper & Brothers, 1893).
[33] Le ofrecieron vino mezclado con mirra, pero Él lo rechazó (Marcos 15:23).
[34] Colosenses 1:19-22.
[35] Lucas 19:37-38; DHH.
[36] Isaías 9:6.
[37] Juan 14:27.
[38] Romanos 5:1.
[39] Malaquías 4:2.
[40] Mateo 15:30.
[41] 1 Juan 5:1.
[42] 1 Pedro 1:3.
[43] 1 Corintios 6:14.
[44] 2 Corintios 4:14.
Traducción: Patricia Zapata N. y Antonia López.
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