Enviado por María Fontaine
diciembre 5, 2010
Varias veces me han dicho que tengo mucha fe. Sin embargo, ¿cómo se traduce tener fe en el «mundo real»? ¿Qué beneficios tangibles me da tener fe?
Me gusta esta cita que dice: «La fe engendrará en nosotros tres cosas: visión, incursión y triunfo».[1]
A continuación, una lista de las maneras en que tener fe ha potenciado mi visión, me ha ayudado a incursionar en muchos terrenos y a obtener triunfos importantes en la vida.
1. Paz interior. «Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús».[2]
2. Vencer el temor. «En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor».[3]
3. Certeza ante el futuro. «Encomienda al Señor tu camino, y confía en Él; y Él hará».[4]
4. Calma. «Junto a aguas de reposo me pastoreará».[5]
5. Estabilidad. «Creed en el Señor vuestro Dios, y estaréis seguros».[6]
6. Comprensión. Puede que este beneficio de tener fe les parezca un poco extraño. ¿De qué manera puedo obtener comprensión mediante el fortalecimiento de mi fe, si tener fe equivale a confiar en Dios, aun cuando se trata de algo que uno es incapaz de comprender? Pues bien, he llegado a la conclusión de que ejercitar la fe requiere paciencia y una perspectiva optimista. A medida que me ejercito en ambas cosas, empiezo a comprender situaciones que de otra manera me resultarían confusas. Teniendo fe en el Señor, le doy oportunidad de que me hable y me revele lo que se propone. «La exposición de Tus palabras alumbra; hace entender a los simples».[7]
7. Curación. Me refiero a curación física, emocional o espiritual. Sea cual sea la necesidad, Dios suplirá. «Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará el Señor».[8]
8. Felicidad. «Por tanto, en Él se alegrará nuestro corazón, porque en Su santo nombre hemos confiado».[9]
9. Resurrección. Así como Jesús es perfectamente capaz de obrar una resurrección física levantando a alguien de los muertos, y hacerlo espiritualmente a través de la salvación, también puede hacerlo con nosotros cuando nos sentimos inertes emocional o espiritualmente, cuando se nos hace imposible abrirnos paso para salir adelante. El Señor puede volver resucitarnos.
«Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en Mí, no morirá eternamente».[10]
10. Confianza. Tener fe me ayuda a no desestabilizarme ni inquietarme ante las malas noticias. «No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en el Señor».[11]
11. Descanso en Jesús. Tener fe me ayuda a librarme de la presión y el estrés. «Los que confían en el Señor son como el monte de Sion, que no se mueve, sino que permanece para siempre».[12]
12. Fortaleza de ánimo. Tener fe me da ánimo para seguir adelante. «Hubiera yo desmayado si no creyese que veré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes».[13] «Esforzaos todos vosotros los que esperáis en el Señor, y tome aliento vuestro corazón».[14]
Permítanme cerrar con una hermosa frase de George Mueller: «La fe no opera en el ámbito de lo posible. No hay gloria alguna para Dios en lo que es humanamente posible. La fe comienza donde se agota el poder humano.»
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