Enviado por María Fontaine
octubre 17, 2015
[Storying the Gospel—Part 3]
A fin de divulgar el evangelio eficazmente a quienes nos proponemos llevarlo y en los muy diversos entornos en los que nos llame el Señor, a menudo hacen falta distintos métodos para comunicar con éxito el mensaje. Uno de esos medios de comprobada eficacia para que el evangelio cobre vida es contar relatos.
Me emociona muchísimo ver que el método empleado por Jesús —y por muchos otros a lo largo de los siglos— se ha convertido en pieza clave para llevar el mensaje a muchas personas en el mundo actual. Es emocionante descubrir que algo tan sencillo le atraería a la mayoría y que sería poco complicado, y para lo que no hace falta comprar nada ni preparar un material determinado ni preocuparse de que sea algo accesible.
Para contar relatos de viva voz todo lo que hace falta es conocer la Biblia y estar dispuestos a contar la historia con expresión, sinceridad y pasión. Cualquiera puede narrar de manera sencilla los relatos de la Biblia, solo basta con conocer bien el relato y luego contárselo a alguien. Atrae a jóvenes y mayores, ricos y pobres, a los que aprenden de diferentes maneras, en sociedades orales y alfabetizadas y en toda clase de culturas y religiones. Pueden tener un grupo mixto, de personas muy diversas, y contar oralmente relatos de la Biblia a todos al mismo tiempo.
El secreto es que cada persona puede recibir exactamente lo que necesita, que tal vez sea totalmente distinto de lo que otro reciba al mismo tiempo. No hay una sola conclusión o principio que se enseñe, por así decirlo. Al contar de viva voz un relato de la Biblia lo que sucede es que el Espíritu Santo habla a cada corazón y le da lo que necesita más, a medida que se abre a la Palabra de Dios. El Espíritu Santo revela cosas diferentes a cada persona, dependiendo de varios factores: sus experiencias, su visión del mundo, sus conocimientos. Todo eso dará distintas perspectivas al mismo relato.
Tengan presente que al contar relatos de la Biblia a personas cultas es posible que el enfoque sea un poco distinto de la manera en que se haría con personas de culturas orales. Los principios, sin embargo, son los mismos. En su libro Truth that Sticks, Avery Willis y Mark Snowden aprovechan sus experiencias de contar de viva voz relatos de la Biblia en poblaciones que aprenden oralmente para demostrar que se puede adaptar de manera muy eficaz en sociedades cultas, como en los Estados Unidos.
Estos son varios puntos interesantes de su libro[1]:
Es posible que quieran saber qué hacer en el caso del relativismo moderno y de las culturas que enseñan que no hay una verdad absoluta. La respuesta es sencilla: Cuenten relatos. Los relatos no son solo ilustraciones para probar nuestros puntos; sirven de vehículos para expresar la verdad de Dios. Aunque algunas personas no crean, la Palabra tiene poder para convencer y hacer reflexionar.
He descubierto que a los que tienen un doctorado también les encanta oír contar de viva voz relatos de la Biblia. Prestan mucha atención y luego, en la conversación, ustedes pueden profundizar más en el significado, si hacen las preguntas adecuadas.
Empleamos la narración oral de los relatos de la Biblia con sorprendente eficacia en el caso de personas de otras religiones. Por lo general, los relatos pasan desapercibidos por el radar de defensas reales o imaginarias porque no enfrentamos directamente sus creencias ni discutimos con las personas. Si están dispuestas a oír suficientes relatos, a menudo eso tiene un efecto acumulativo hasta que no pueden negar la verdad de la Palabra de Dios.
Estos son algunos comentarios de quienes han leído ese libro (Truth That Sticks)[2]:
Una objeción que se oye comúnmente es que contar de viva voz relatos de la Biblia es solo para niños. Sin embargo, como señala el autor, a todo el mundo le encantan los buenos relatos. Y los relatos (a diferencia de exposición directa de la Biblia) tienen varias ventajas. Cuando las personas aprenden los relatos y se interiorizan con ellos, estos tienen el poder de cambiar su visión del mundo. Los relatos son útiles para comunicar el evangelio porque son menos polémicos que la apologética. Además, tienen que ver con las relaciones, y fomentan mejor la interacción que si solamente se entrega un folleto a alguien. En el discipulado de los niños, los padres pueden emplear fácilmente los relatos de la Biblia para enseñar a sus hijos la fe. Los niños pueden contar esos relatos a otros niños. Incluso se pueden responder preguntas teológicas y capacitar a líderes por medio de los relatos. Karl
Por su experiencia, los autores dan testimonio de que «narrar oralmente los relatos produce discípulos que son Biblias que andan y hablan». Esas personas conocen su Biblia y pueden enseñarla a otros. La narración oral de los relatos ofrece la posibilidad de hacer que las personas se interesen mucho en las Escrituras y que estas se les quedan grabadas. Ese es un argumento muy convincente para utilizar este método.
Además, contar relatos de la Biblia parece prestarse a proporcionar fragmentos de la Biblia que las personas puedan transmitir directamente en la evangelización, mucho después de que ya no recuerden bien los versículos aislados. Karl
La idea es tan sencilla que ya la estábamos poniendo en práctica con la persona de nuestra casa que no sabe leer. Los domingos en la tarde sacamos una serie de dibujos que tenemos para contar los relatos principales de la Biblia. Ella hace preguntas acerca de los dibujos y cuenta los relatos. Jamás había pensado en enseñar a los adultos ni a otros alumnos por medio de relatos. Jonathan
Jesús conocía la eficacia de contar relatos (pensemos en las parábolas) y de hecho, Dios inspiró una gran parte de la Biblia para que se registrara en forma de relatos. ¡Es muy posible que haya un relato de la Biblia para dar ejemplo de cada verdad de las Escrituras! Willis y Snowden explican la narración oral de relatos de la Biblia como una manera sencilla y eficaz de aprovechar nuestro amor natural por la narrativa a fin de atraer a las personas hacia un encuentro con la verdad de Dios que les cambie la vida. Contar relatos no tiene que ser el único instrumento empleado por el profesor, pero se puede emplear a menudo y con eficacia. Kevin
Desempeño mi ministerio en gran medida entre inmigrantes hispanos de la primera y segunda generación de los EE.UU. El grado de alfabetización de muchos de ellos es bajo no solo en inglés, sino también en español. Ya empecé a explorar los otros recursos docentes que se mencionan en el libro y planeo empezar a contar oralmente relatos de la Biblia en las próximas semanas. Wenci
Para mí, la enseñanza más importante fue la importancia de narrar relatos de la Biblia de manera que los que oyen puedan contárselos a otros. A menudo, nuestro proceso de discipulado nunca se reproduce. Se enseña a la gente, pero esas personas nunca enseñan a otras lo que han aprendido. La Biblia se ha conservado todos estos años por una razón. Necesitamos emplear todo medio posible para que los discípulos aprendan su contenido.
Me emociona todo medio que hace que la Palabra llegue a las personas, de modo que puedan cambiar gracias a ella. «El proceso de formación de discípulos básicamente es ayudar a alguien a reemplazar con una cosmovisión bíblica las partes de su visión del mundo que no estén de acuerdo con ella». Wren
Una de las grandes iglesias de los EE.UU., Rolling Hills, ha empleado el método de contar de viva voz relatos de la Biblia como un medio principal de comunicar el evangelio y hacer discípulos. Esa iglesia tiene recursos excelentes en Internet. Estos son unos cuantos puntos interesantes que les parecieron provechosos en su situación y que pueden contribuir a que contar de viva voz relatos de la Biblia sea aún más eficaz. Ellos definen así narrar de viva voz los relatos de la Biblia.
Contar de viva voz relatos de la Biblia es:
Contar de viva voz relatos de la Biblia no es:
Aunque sea diferente cada experiencia de contar oralmente relatos de la Biblia, nosotros (los autores) recomendamos que se utilice este esquema básico:
Repaso: Por lo general, una sesión de narrar relatos de la Biblia empieza dedicando unos minutos a repasar el relato anterior. Se hacen preguntas de lo que las personas recuerdan, de lo que les llamó más la atención, y de cómo pusieron en práctica lo que Dios les dio.
Gancho: El gancho es algo que el líder emplea para hacer que las personas se preparen para escuchar el relato. El gancho puede ser un ejemplo, una pregunta, una demostración o una historia personal.
Contar el relato: Empieza con cualquier información que las personas puedan conocer del relato. Luego, simplemente cuenta el relato. Quienes escuchan deben tener la Biblia cerrada, de modo que te pongan atención a ti y al relato.
Repetición: Facilita la participación del grupo al pedir que todos abran su Biblia y lean el pasaje de las Escrituras donde está el relato que acabas de contar. Los miembros del grupo pueden leer el pasaje renglón por renglón. O bien, puedes repasar el pasaje de las Escrituras al hacer preguntas en orden.
Reflexionar (preguntas mentales): Ahora pasamos a hacer preguntas al grupo. Primero pedimos que reflexionen en lo que acaban de oír o aprender. Se llaman preguntas mentales porque ponen atención a lo que la gente piensa, sabe o ha aprendido.
Ejemplos de preguntas mentales:
Identificarse (preguntas del corazón): Luego, pasa a las preguntas para identificarse, que tienen la finalidad de llegar a lo que siente la gente o a lo que le conmueve el corazón como consecuencia del relato. Ese es un paso importante para ayudar a la gente a pasar de las respuestas de conocimientos a las más personales, sinceras.
Preguntas del corazón, ejemplos:
Reaccionar (preguntas para hacer mover las manos): Termina con preguntas que están dirigidas a lo que los miembros del grupo creen que Dios les pide que hagan como resultado del relato. Esas preguntas se centran en cómo ellos serán las manos de Jesús, y a menudo contribuyen a una forma sana de hablar de rendición de cuentas. Pon atención en particular a lo que dice la gente, pues preparará el terreno para el repaso de tu siguiente sesión de contar relatos.
Ejemplos de preguntas para hacer mover las manos:
Otros ejemplos de preguntas relacionadas con la mente, el corazón y las manos:
Contar el relato:
Selección del relato: Hay varias formas en que los relatos se pueden agrupar y contar en un período de tiempo. Habrá una serie principal de historias, por la que pedimos que empiece cada grupo. Pero se pueden preparar otras series:
Actuar como facilitador de un relato: Contar de viva voz relatos de la Biblia empieza con las Escrituras y permite que el Espíritu Santo sea el profesor. El papel del líder es ser un facilitador y no el profesor de la Biblia.
Explorar y experimentar en oposición a explicar: El líder ayuda a que los participantes se interesen por la Biblia y el relato; y no tiene que explicar ni enseñar lo que significa el pasaje.
Facilitar en oposición a enseñar: Todo vuelve al relato para que haya diálogo y se hagan las preguntas que han de responderse.
Escuchar en oposición a hablar: Como líder, quiero estar en una situación de escuchar al Espíritu Santo y a los participantes y no tener mucho afán de dar las respuestas. No se trata de mi desempeño ni de mis resultados, sino de que el Espíritu Santo es capaz de obrar en la vida de las personas.
El relato en oposición al sermón: Los relatos son interactivos, donde el sermón es solo un monólogo.
A medida que trato de terminar este tema muy extenso e importante en solo unas cuantas palabras, quiero decir que creo que vale la pena que se promueva la práctica de narrar oralmente los relatos de la Biblia. A medida que las personas participen con mayor frecuencia en el diálogo, cuenten relatos ellas mismas, contribuyan a que el grupo trate el relato, y que se hagan mutuamente responsables de llevar la verdad, más introducirán a su vida los relatos y seguirán las verdades que contienen. Puede ser muy eficaz contar los relatos de la Biblia empleando la mímica, franelógrafos, pequeñas representaciones teatrales, dibujos con tiza, o ponerlos en canción, rima o frases cantadas, ya sea que se dé el mensaje a una persona o a un grupo. Los relatos de la Biblia, ya sea que se narren o se representen, son la Palabra y la Palabra no regresará vacía[3].
P.D.: Si en sus ministerios emplearon el método de contar de viva voz relatos de la Biblia, o si actualmente lo hacen, me encantaría tener noticias suyas y que contaran sus experiencias. Es posible que podamos publicar su testimonio en alguno de nuestros sitios web.
[1] Avery T. Willis hijo y Mark Snowden, Truth That Sticks: How to Communicate Velcro Truth in a Teflon World (NavPress, 2009).
[2] Fragmentos de comentarios en Amazon.
[3] Isaías 55:11.
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