Valorar el envejecimiento, 2ª parte

Enviado por María Fontaine

febrero 21, 2017

[Appreciating Aging!—Part 2]

Para los que quieran leer más acerca de cómo valorar el proceso de envejecimiento en nuestra vida o en la de otras personas y cómo envejecer victoriosamente, voy a publicar algunos aspectos positivos que otros han expresado sobre ese tema. Incluiré citas para reflexionar y añadiré unos comentarios míos.

«Joven es el que tiene fe; viejo, el que duda. Joven es el que tiene confianza en sí mismo; viejo, el que teme. Joven es el que tiene esperanza; viejo, el que la ha perdido».  Samuel Ullman

Como dijo Jesús, necesitamos la fe de un niño pequeño para entrar en Su reino. La fe absoluta en Él es lo que nos libera de las limitaciones de nuestra existencia ligada al tiempo. Creer en Su amor absoluto es lo que nos libra a fin de que experimentemos las muchas posibilidades que nos da el Señor.

Lo que nos limita es la duda, el temor y la desesperanza que se presentan cuando dejamos de poner atención a Jesús y la ponemos en las cosas temporales de esta Tierra. Todo eso limita nuestra visión, nos ciega a la verdad de quiénes somos como hijos de Dios.

«Quien deja de aprender se vuelve viejo, ya sea a los veinte años o a los ochenta».  Henry Ford

El final de la vida es una de las mejores etapas de la misma. Sin duda es una de las más importantes. Ese tiempo, el del final, es el de fundirse con Dios, dejar los jirones y vestigios del pasado a fin de aprender a vivir en el presente y descubrir que eso basta. Tiempo de aprender a vivir la vida como es, y descubrir que es suficiente. Es tiempo de aprender a aceptarnos a nosotros y a todo lo que hemos aprendido como resultado de nuestra vida y descubrir que es suficiente.  Joan Chittister 

«Algo estupendo acerca del envejecimiento es que no se pierden todas las otras etapas que se han vivido».  Madeleine L’Engle  

Esa es una de las cosas buenas de esta vida limitada por el tiempo. Cada etapa tiene enseñanzas valiosas, y mientras más de ellas tengamos, más posibilidades tendremos de beneficiarnos de la etapa que vivimos en el presente.

«Algunas personas, sea cual sea su edad, nunca pierden su belleza. Simplemente esa belleza se traslada del rostro hasta el corazón».  Martin Buxbaum

Claro, la belleza interior, que se encuentra en el corazón de alguien, encuentra una manera de hacerse ver en los ojos y en el rostro. A mi juicio, una persona muy anciana con una maravillosa sonrisa es una de las  cosas más bellas en esta vida. Tal vez solo la supera lo mismo visto en un bebé. Esas dos sonrisas tienen una cualidad de pureza que proviene del corazón. Eso me ha llamado la atención varias veces, en particular cuando he estado en reuniones de cristianos donde hay personas muy ancianas. Algunas se veían tan radiantes que de verdad parecía que reflejaban una luz hermosa, celestial, por muchas arrugas que tuvieran, e independientemente de lo ancianas que fueran.

«Aunque tu sonrisa tenga arrugas, es importante que haya brillo».  Anónimo

Tenemos a Jesús e independientemente de cuántos años hayamos estado en esta Tierra, Él puede asegurarse de que tengamos Su brillo divino, porque a pesar de todo lo que la vida nos ha lanzado, estamos todavía aquí, no hemos dejado de confiar en Él, y todavía podemos hacer a otros partícipes de la compasión, el amor y el consuelo que el Señor nos ha dado.

«Cuando la gracia se une a las arrugas, es adorable. Hay un amanecer indescriptible en la vejez feliz».  Víctor Hugo

Me pregunto si el Señor nos da esas arrugas en la vejez como una ilustración, para que todos vean que hemos tenido toda una vida de aprendizaje, de madurez, y un gran volumen de experiencias que llevamos en nuestro interior, ¡y que hay mucho espacio para expandirse! En cuanto a mí se refiere, ¡quiero que las arrugas vayan acompañadas de la gracia del Señor por el tiempo que las tenga!

«No puedes evitar el envejecimiento, pero no es necesario que te conviertas en un viejo».  George Burns

Para envejecer bien, parece que hay tres elementos principales: pasión, perspectiva de la vida y persistencia. Anónimo

«La vejez no es para cobardes».  Bette Davis

Es posible que esa sea la razón por la que Dios puso la experiencia del envejecimiento, con todos sus dolores y  frustraciones, al final. Hace falta toda una vida para llegar a tener la paciencia, la fortaleza, la longanimidad y la determinación tenaz de llegar a esa meta final. ¿Te imaginas llegar a la vejez sin que tu rostro refleje todo lo que has pasado que te ayuda a ver la vida y a las personas de manera equilibrada?

«La casita oscura del alma, maltrecha y en estado ruinoso, deja entrar la luz por las grietas causadas por el tiempo».  Edmund Waller

«Nunca se es demasiado viejo para fijarse otra meta o para soñar otro sueño».  Les Brown

Muy cierto. Y a medida que envejecemos, nuestras metas y sueños pueden volverse más sorprendentes, porque en muchos casos las limitaciones de las cosas de este mundo se pierden más y más y se convierten en metas y sueños que son para más allá de este mundo, para el mundo de los cielos.

Me recuerda una de mis canciones favoritas acerca de fijarse metas. La he cantado desde niña. Siempre ha sido mi oración, pero pareciera que es más adecuada para esta etapa de mi vida. Se llama Higher Ground, de Johnson Oatman, hijo.

Sigo adelante, hacia arriba,
nuevas alturas alcanzo cada día.
No dejo de orar por el camino:
«Señor, pon mis pies en terreno más alto».

Estribillo:
Levántame, permíteme pararme, Señor,
por fe, en la altiplanicie del Cielo,
en un nivel más alto que he encontrado;
Señor, pon mis pies enterreno más alto.

Mi corazón no desea quedarse
donde surgen las dudas y los temores nos dejan consternados.
Aunque algunos vivan donde abunda todo eso,
mi oración, mi meta, es llegar al terreno más alto.

Quiero vivir por encima del mundo,
aunque me lancen los dardos de Satanás;
pues la fe captó el sonido alegre,
la canción de los santos en terreno más alto.

Quiero subir a la cumbre más alta
y ver un poco de esa gran gloria,
pero mientras voy rumbo al Cielo, oro:
«Señor, pon mis pies en terreno más alto».

Esta es solo la traducción de la letra

*

«Los que no niegan la edad, que envejecen de manera consciente, maduran y son conscientes de las nuevas capacidades que desarrollan con el envejecimiento. Llegan a ser ellos mismos más auténticamente».  Betty Friedan

A medida que nos acostumbramos a nuestra vejez y nos sentimos más cómodos con ella, podemos aceptar que está más cerca el fin. Lo que alguna vez fue un punto distante en el horizonte comienza a ocupar un lugar preponderante y hermoso.

«La vejez no es una etapa en la que dejamos de progresar. Es exactamente la época en que nos desarrollamos de nuevas maneras. Es el periodo en que queremos que tenga sentido toda la formación que hemos adquirido. Es una temporada de relajamiento cuando todo dentro de nosotros está destinado a alcanzar nuestro yo más tierno, más fértil, singular».  Joan Chittister

«Pero los justos florecerán como palmeras y se harán fuertes como los cedros del Líbano; trasplantados a la casa del Señor, florecen en los atrios de nuestro Dios. Incluso en la vejez aún producirán fruto, seguirán verdes y llenos de vitalidad. Declararán: «¡El Señor es justo! ¡Es mi roca! ¡No existe maldad en él!»  Salmo 92:12-15 (NTV)

«Estando convencido de esto: que el que en ustedes comenzó la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús».  Filipenses 1:6 (RVA-2015)

«Yo seré su Dios durante toda su vida; hasta que tengan canas por la edad. Yo los hice y cuidaré de ustedes; yo los sostendré y los salvaré».  Isaías 46:4 (NTV)

«Incluso en la vejez aún producirán fruto, seguirán verdes y llenos de vitalidad».  Salmo 92:14 (NTV)

«Ahora que estoy viejo y canoso, no me abandones, oh Dios. Permíteme proclamar Tu poder a esta nueva generación, Tus milagros poderosos a todos los que vienen después de mí».  Salmo 71:18 (NTV)


La buena noticia de envejecer

Nueve claves para envejecer bien

Jonathan Young (folkstory.com)

Algunas cosas mejoran cuando envejecemos. En nuestros mejores días, tenemos algo así como una gracia. Somos una obra en construcción e incluso en la vejez surgen nuevas cualidades. Algunos aspectos se presentan con más rapidez que otros. Otras características vienen y van. En general, vemos que ciertas actitudes parecen desentrañar las recompensas del envejecimiento.

1. Podemos disfrutar la vida. A menudo nos ponemos juguetones y nos gusta reír. Empezamos a alejarnos de la necesidad de parecer geniales. Eso lleva a mucha diversión, en momentos inesperados. Incluso nuestras rarezas pueden ser muy entretenidas. Cuando nos topamos con un obstáculo, a veces nos desconcertamos por lo ridícula que es la vida. También nos gusta recordar las cosas raras de las que hemos sido testigos. Algunas han sido asombrosas. Ya hemos tenido bastantes desencantos. Estamos dispuestos a encantarnos de nuevo.

2. Aprovechamos al máximo lo que tenemos. Por fin tenemos cierta perspectiva y hasta un poco de sabiduría. Tenemos un poquito más de estabilidad interior. Tenemos la guía de la memoria que a menudo nos evita problemas. Estamos aceptando nuestras limitaciones y sobre todo festejamos lo que podemos hacer. Por fin, parece que tenemos una idea de quiénes somos. Nos gustamos más de lo que esperábamos. Confiamos más en nuestros gustos y preferencias. Apreciamos la libertad para disfrutar de nuestras aficiones, nuevas y viejas. Un corazón agradecido nos permite tener placer donde lo encontramos.

3. Apreciamos a la gente. Amigos, amistades y hasta extraños tienen cualidades inesperadas. Su rostro sorprende de manera que antes no notábamos. Asimismo, hemos decidido que la mayoría de las personas son suficientemente buenas así como son.

No hace falta cambiar a nadie. Nos damos cuenta de que, de todos modos, si lo intentáramos no serviría de mucho. Apreciamos a los que han sido buenos con nosotros. Hemos recibido mucho afecto a lo largo de los años, y esos regalos son duraderos. Siempre nos acompaña la amistad y el amor de toda una vida, incluso de personas que ya no están. Estamos agradecidos de haber tenido buena compañía en el camino.

4. Aceptamos nuestros defectos. No tenemos que ser perfectos. En casi todos los días, nos gusta la diversidad de nuestra personalidad. Podemos ser flexibles o tercos, despistados o profundos, dependiendo del momento. Tendemos a honrar nuestras partes delicadas. Una vida sin nada que lamentar sería poco interesante. Incluso estamos empezando a entender las calamidades que tuvimos en otro tiempo. Las antiguas humillaciones se han vuelto parte esencial de una historia magnífica. De vez en cuando hasta recordamos con cariño las grandes dificultades que hemos tenido.

5. En el mundo nos sentimos en casa. Disfrutamos lo que nos rodea y a menudo descubrimos nuevos secretos de los lugares ya conocidos. Nos deleita ver las exploraciones de los niños pequeños y los animales. El trozo de pastel o torta que nos permitimos es particularmente delicioso ahora que no lo comemos con frecuencia. El perfume de una flor o el suave contacto de la brisa parecen mucho más placenteros que antes. A veces damos un vistazo a los rincones de nuestra casa y nos encanta ver que nuestras pertenencias reflejan nuestra personalidad. Es posible que disfrutemos con más eficacia. Tal vez, al haber tenido dificultades, apreciamos más las cosas.

6. Tenemos menos que demostrar. Estamos aprendiendo a evitar compararnos con otras personas, o incluso con la persona que fuimos. Es un alivio cuando empezamos a superar las ganas de competir. A veces, hasta tratamos la envidia como estar de mal humor, una emoción en la que no se puede confiar. Al poner atención a nuestras mejores cualidades, y a nuestros intereses favoritos actualmente, podemos encontrar algo gratificante casi a diario. Es posible que tengamos más contribuciones que hacer, pero no tenemos tanto impulso de hacer algo de gran importancia. Casi siempre podemos trabajar y jugar por gusto, no para querer vernos bien a los ojos de otros. Ahora que ha disminuido un poco la necesidad de presumir, hallar oportunidades para emplear nuestros talentos es una tarea viable.

7. Tenemos grandes prioridades. Hemos mejorado al atender nuestros más profundos anhelos. Ahora que no estamos a cargo de arreglarlo todo, tenemos la libertad de dedicar nuestras energías a pasiones que habíamos descuidado. Esas pasiones podrían ser la expresión creativa, la lectura, la jardinería, pasatiempos, o trabajar para diversas causas. Se podría decir que algunas actividades nos llaman. Es posible que los amigos se sorprendan al ver que esas actividades nos dan muchas energías, pero no sentimos la necesidad de dar explicaciones. Casi a diario, con mayor frecuencia que antes, empleamos el tiempo en algo actual e inmediato.

8. Aceptamos nuestro estado de ánimo. Sabemos que en nuestra vida abundan los matices de emoción. Nos gusta estar felices, pero también nos permitimos un poco de mal genio.

Por lo general, dejamos que la tristeza llegue y se vaya cuando quiera, sin darle demasiada importancia. La vida tiene sus altibajos. No sirve de nada frustrarse. En lo posible, evitamos preocuparnos. A menudo podemos tomar con filosofía las desilusiones y tribulaciones. Cuando aceptamos nuestros sentimientos, por lo general el optimismo natural nos devuelve la tranquilidad con bastante prontitud.

9. Dedicamos tiempo a la reflexión. Podemos cavilar sobre la vida interior más que antes. Pareciera que al permitimos estar tranquilos eso hace que cambie el curso del tiempo y que se prolongue. Encontramos formas de desentrañar los misterios que hay en nuestro interior. Algunos lo consiguen con la meditación, otros se ponen a tejer, y otros más, hacen una caminata diaria. Se trata sencillamente de estar abiertos a algo más allá de lo que comúnmente pensamos.

En parte, se trata de emplear los dones de la experiencia y la memoria a largo plazo. Reflexionar en los momentos excelentes que se han tenido por el camino nos recuerda la riqueza de nuestra vida.


Lecturas adicionales

Randolph E. Schmid: For resolving conflicts, go to grandma, Associated Press, 5 de abril de 2010, http://www.nbcnews.com/id/36191339/ns/health-behavior/t/resolving-conflicts-go-grandma/#.V6OYKNIrLDc.

Paula Span: «6 Reasons to Grow Old», New York Times,22 de junio de 2009, http://newoldage.blogs.nytimes.com/2009/06/22/6-reasons-to-grow-old/?_r=0.

Sara Reistad-Long: «Older Brain Really May Be a Wiser Brain», New York Times, 20 de mayo de 2008, http://www.nytimes.com/2008/05/20/health/research/20brai.html.

Kristi Hedges: «Four Benefits Of Aging Frances McDormand Would Love», Forbes, 16 de diciembre de 2014, http://www.forbes.com/sites/work-in-progress/2014/12/16/four-benefits-of-aging-frances-mcdormand-would-love/#4c6c61bdf22a.

Constance Gustke: «More Older Adults Are Becoming Inventors», New York Times, 17 de abril de 2015, http://www.nytimes.com/2015/04/18/your-money/more-older-adults-are-becoming-inventors.html.

Josh Tapper: «Researchers find that wisdom and happiness increase as people grow older», Washington Post, 10 de agosto de 2010, http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2010/08/09/AR2010080904177.html.

Shelley Emling: «9 Facts About Aging That Will Actually Get You Excited», The Huffington Post, 28 de mayo de 2014, http://www.huffingtonpost.com/2014/05/28/good-things-about-aging_n_5372835.html.

Helen Fields: «What Is So Good About Growing Old», Smithsonian Magazine, julio de 2012, http://www.smithsonianmag.com/science-nature/what-is-so-good-about-growing-old-130839848/?no-ist.

Kathy Gottberg: «Ten Awesome Benefits to Growing Older», smartliving365.com, 7 de febrero de 2014, http://smartliving365.com/ten-awesome-benefits-growing-older/.

Zaria Gorvett: «The benefits of getting older», BBC, 29 de octubre de 2015, http://www.bbc.com/future/story/20151028-the-benefits-of-getting-older.

Tara Bahrampour: «We’re lucky if we get to be old, physician and professor believes», Washington Post, 23 de enero de 2016, https://www.washingtonpost.com/local/social-issues/were-lucky-if-we-get-to-be-old-physician-and-professor-believes/2016/01/23/251ed8b2-b9c2-11e5-829c-26ffb874a18d_story.html

Charlie Sorrel: «We Actually Get Happier As We Age», Fast Company, 22 de enero de 2016, http://www.fastcoexist.com/3055548/your-midlife-crisis-doesnt-exist-we-actually-get-happier-as-we-age

Margaret Manning: «How to Live Without Regrets After 50», Boomerly, 31 de marzo de 2015, http://www.nextavenue.org/how-live-without-regrets-after-50/

 

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