¡Ya no son cautivos!

Enviado por María Fontaine

mayo 11, 2019

Testificación entre paredes de piedra y barrotes de hierro

[Captives No More!]

Una amiga me escribió acerca de un joven que se llama Jake que está en la cárcel. Anteriormente ella había mantenido correspondencia con Jake y acababa de recibir una carta de él después de un largo período de silencio. Parecía desesperado. Le pedía que orara por él porque luchaba por aferrarse a su fe en Dios —y hasta para no perder la cordura— en una situación muy difícil.

Mi amiga quería ayudarlo, pero no sabía qué decirle; quería saber si yo estaría dispuesta a ayudarla a escribir algo. Le pregunté al Señor y me dijo: «Sí. Quiero que le escribas, porque en estos momentos está tan acuciado por los problemas que tiene que tu carta podría tener un gran impacto positivo en él». Oré con fervor para que pudiera expresar el amor de Dios a ese hombre y animarlo a aguantar.

Al final, la carta fue un poco larga. El Señor me indicó que añadiera versículos de la Biblia para tener la certeza de incluir lo básico con respecto a la salvación eterna, superar el temor, etc. No creí que a él le importaría lo extensa que fuera la carta, pues anhelaba ayuda y disponía de tiempo.

A continuación reproduzco la carta que escribí, con algunos cambios para que fuera más general en caso de que ustedes quieran darla a alguien que conozcan y que se encuentre en prisión. Asegúrense de poner varias veces el nombre del destinatario para que sea más personal.

* * *

¡Hola! ¡Quiero decirte que me siento orgullosa de que luches por aferrarte a tu fe! Hace falta mucha fortaleza para mantenerse firme cuando te sientes sin esperanza y deprimido, y cuando estás rodeado de tanta maldad y oscuridad. Puedes cobrar fuerzas al recordar lo que dice la Biblia: «Mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo» (1 Juan 4:4; RVR1995). Eso significa que si tienes a Jesús en tu vida, Él es mayor y más fuerte que cualquier persona malvada o fuerza espiritual maligna que haya en el mundo.

Eres hijo de Dios. Independientemente de cuándo le abriste el corazón a Jesús, Él prometió que estaría siempre contigo. Si nunca lo has recibido en tu corazón o no recuerdas haberlo hecho, te sugiero que hagas una sencilla oración, como esta:

Jesús, te necesito. No puedo ver el camino que debo seguir; te ruego que me ayudes. Quiero Tu presencia en mi vida. Te ruego que entres a mi corazón, que me perdones por haber obrado mal y que me llenes de Tu Espíritu Santo. Amén.

Jesús dijo: «Yo estoy a la puerta [de tu corazón] y llamo; si alguno oye Mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo» (Apocalipsis 3:20; RVR1995). Jesús ha prometido que entraría en nuestra vida y la llenaría de su alegría y paz, y de salvación eterna, sin importar en qué circunstancias nos encontremos.

Una vez que has invitado a Jesús en tu vida, se queda ahí. Nada puede cambiar eso. Incluso cuando te parezca que no está ahí, sí está. ¡Él nunca te dejará, nunca!

(En esta carta quiero añadir algunos versículos de la Biblia, pues no sé si tienes una. Me imagino que tal vez es difícil conseguir una biblia, o quizá te la han robado. O bien, si tienes una, tal vez no sabes dónde empezar a leerla, así que en esta carta podemos repasar algunos versículos.)

Jesús dijo:

«Todos los que el Padre me da vendrán a Mí; y al que a Mí viene, no lo rechazo»  Juan 6:37 (NVI).

«Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano».  Juan 10:28 (NVI)

La Biblia dice:

«De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna».  Juan 3:16 (RVR1995)

«¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro o espada? Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro».  Romanos 8:35, 37-39 (RVR1995)

«Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de Su amado Hijo».  Colosenses 1:13 (NVI)

A veces el dolor de todo lo que tienes que soportar se vuelve más difícil al sentirte muy solo. Pero no estás solo en esta terrible lucha. Jesús está ahí. Él está contigo en todo momento.

La Biblia dice: «Sean firmes y valientes, no teman ni se aterroricen ante ellos, porque el Señor tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará» (Deuteronomio 31:6; NBLH).

Además, creo que Dios puede bendecirte al ayudarte a encontrar un amigo ahí que pueda ayudarte espiritualmente y a quien también puedas ayudar. Pídeselo a Jesús. Ten fe en que Jesús puede hacer el milagro, y confía en que lo hará.

Es posible que digas: «No tienes ni idea de cómo es esto. ¡Nunca estoy a salvo! Aquí los hombres roban, mienten, te golpean. Y a veces, cuando crees que alguien es tu amigo, al final descubres que era un engaño, y que te ha timado».

Tienes razón. No sé cómo es estar donde te encuentras. Casi ni puedo imaginar por lo que pasas con la depresión y al sentirte sin esperanza, en abandono, soledad y temor. Sin embargo, sé que Jesús sabe exactamente por lo que estás pasando. Te entiende completamente, incluso mejor de lo que tú mismo te entiendes. Él te ama. Su corazón está dolorido al verte sufrir, y quiere ayudarte. Quiere darte paz en vez de tu temor.

Jesús sabe cómo es ser arrestado, encerrado y golpeado. De hecho, Jesús sabe lo que es ser condenado a muerte. Murió en la cruz, aunque era inocente. Lo hizo por ti, por mí, por todas las personas que han vivido en la Tierra. ¿Pero sabes qué? Lo habría hecho incluso aunque solo fuera por ti. Eres así de importante para Él.

Puedes dirigirte a Jesús por medio de la oración, sea lo que sea que pase en tu vida. Incluso cuando te parezca que todo está perdido, puedes decirle lo que hay en tu corazón. Puedes entregarle todas tus preocupaciones e inquietudes, sabiendo que Él se preocupa por ti. Jesús puede ayudarte a comprender mejor y hablarte por medio de la Biblia, o con su suave y apacible susurro que te dirige al corazón y a tu mente. Puedes conversar con Él en todo momento, sabiendo que Él siempre te ayudará.

El temor puede ser un gran obstáculo, ¡pero esta es la buena noticia! No es necesario temer. Cuando tienes a Jesús, no hace falta tener temor ni siquiera al encontrarte en la peor prisión. A medida que mantengas tus pensamientos en Jesús, Él pondrá Su brazo alrededor de ti y será tu protector. Si haces que Él sea parte importante de tu vida, verás la diferencia. Ocurrirán cosas, y la situación será diferente. Incluso en la cárcel puedes superar la depresión, el resentimiento, el temor y los pensamientos suicidas.

Cuando Jesús anunció Su llamamiento en esta vida, declaró que había venido a sanar a los quebrantados, a liberar a los cautivos, a rescatar a los oprimidos. ¿Verdad que es estupendo? Entras en esas categorías, y ese es uno de los objetivos de Jesús, librarte de verdad. Al estar en ese terrible lugar, sin duda has sido cautivo, oprimido y golpeado en el corazón y en tu mente. Pero ya sea que estés dentro o fuera de la prisión, Jesús tiene para ti la liberación en el espíritu, la libertad que ha prometido a todos los que lo acepten a Él.

«Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad».  2 Corintios 3:17 (RVR1995)

«Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres».  Juan 8:32, 36 (NVI)

Jesús dijo: «La paz les dejo; Mi paz les doy. […] No se angustien ni se acobarden».  Juan 14:27 (NVI)

Estas son unas promesas que están en la Biblia y que puedes hacer parte de tu vida:

«No temas, porque Yo estoy contigo; no te angusties, porque Yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré».  Isaías 41:10 (NVI)

«Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo».  Salmo 23:4 (NBLH)

«Sean firmes y valientes, no teman ni se aterroricen ante ellos, porque el Señor tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará».  Deuteronomio 31:6 (NBLH)

«Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones».  Salmo 46:1 (NBLH)

«“No tengas temor ante ellos, porque contigo estoy para librarte”, declara el Señor».  Jeremías 1:8 (NBLH)

Dios te ama enormemente, tanto que ha dado todas estas estupendas promesas de la Biblia para ti. Sin embargo, vas a tener que luchar para seguir confiando en Él. Vas a tener que optar por creer a Dios en lugar de al diablo que sigue arrojándote mentiras, tratando de convencerte de que por medio del temor le permitas apoderarse de tu mente. Por muy difícil que sea la situación y aunque sean muchas las veces que tengas que decir en voz alta o mentalmente: «Jesús, te creo. Rechazo las mentiras del diablo. Confío en que cumples Tus promesas». Si lo haces, sé que influirá notablemente.

Así funcionan las promesas de Dios. Tienen un poder tremendo en ti si las tomas en serio. ¡Puedes hacerlo al leerlas una y otra vez, y al creer que Dios te habla a ti en particular! A la larga, lo más probable es que aprenderás de memoria varias promesas, y que luego puedas recordarlas estés donde estés o sea lo que sea que estés haciendo.

Dios tiene muchas, muchas promesas para ti que pueden ser un apoyo cuando te parezca que caes. A veces hace falta tiempo para que Dios obre, pero Él lo hace todo bien. Se vale de todo lo que ocurre en tu vida para finalmente darte un bien si crees en Él y estás entregado a Su propósito. (V. Romanos 8:28.)

¡No te rindas! Sé que ahora mismo tu situación es bastante mala, incluso peor de lo que yo podría imaginar. Pero sigue adelante, sigue mirando hacia Dios, aunque sea preciso que utilices tus últimas fuerzas. Necesitarás paciencia, lo que sé que no es fácil, y aguante, lo que también es difícil. La Biblia dice: «Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo» (2 Timoteo 2:3; RVR 1995). Dios tiene Su mano en tu vida, y sea lo que sea que pueda pasar, estará a tu lado, ayudándote en todo. Y al final hará que todo redunde en tu bien a medida que permanezcas cerca de Dios y que lo ames y vivas para Él.

Sé que estás en las manos de alguien que te ama lo bastante como para llevar Su luz incluso a los momentos más oscuros de tu vida, a fin de darte esperanza y el valor para seguir adelante. Jesús es un amigo que permanece más cerca que un hermano. (V. Proverbios 18:24.) ¡Concéntrate en aferrarte a Jesús, y Él ha prometido que nunca te dejará ni te abandonará! (Hebreos 13:5.)

Amado Jesús, este es Tu hijo, él hace todo lo posible a pesar de encontrarse en esas circunstancias casi insoportables. Te necesita. Necesita la ayuda de Tu Espíritu Santo. Necesita todo lo que tienes que ofrecerle. Necesita las fuerzas, el consuelo y más fe que el Espíritu Santo puede dar cuando pareciera que la situación no podría ser peor. Ayúdalo a acudir a Tu Espíritu Santo, a buscar la ayuda que necesita. Necesita la fuerza, la sabiduría, la audacia, y tanto más que es suyo con solo pedirlo. (V. Lucas 11:13.)

Está cansado y se siente abrumado por la oscuridad que lo rodea. Necesita ver Tu luz. Te ruego que hagas algo para darle esperanza. Provee para sus necesidades, en particular te pido el milagro de una paz sobrenatural que supere el temor y los espíritus malos que habitan donde él está obligado a vivir.

Ayúdalo a sentir Tu protección a su alrededor. Dijiste que cuando oramos, si creemos que vamos a recibir, tendremos todo lo que necesitamos. (V. Marcos 11:24.) Dale fe para creer. Tendrá esa fe al estudiar Tu vida en los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan en la Biblia y al meterse de lleno en Tu Palabra y en Tus promesas. La Biblia dice que, si mantenemos en Ti nuestros pensamientos, tendremos paz.

Oro que llenes su corazón y mente con esa paz que va más allá de lo que podemos comprender (Filipenses 4:7). Él no puede simplemente alejarse caminando de esos problemas y terribles situaciones, pero puede hallar Tu presencia incluso en medio de todo eso. Puede decidir que va a mirarte a Ti y pedir la ayuda que le prometiste. A veces hará falta el máximo esfuerzo; hará falta paciencia y aguante, pues es posible que de inmediato sus circunstancias no cambien visiblemente, pero Tú siempre estás con él. Oro que pueda sentir Tu amor que lo rodea y lo llena, que tenga gracia, paz y paciencia. Oro que él crezca en el conocimiento de Tu Palabra y que encuentre satisfacción y gozo al vivir una vida de fe.

Amigo mío, esa es mi oración por ti.

Como reflexión final, quiero hablar de una última verdad que ha sido corroborada en mi vida y en la de muchos cristianos que han enfrentado grandes dificultades. En las profundidades de las peores situaciones, cuando es posible que te parezca que no tienes nada más que dar, en muchos casos Él puede revelar una estupenda bendición al poner en tu camino a alguien que necesita fe como la que tú tienes. Y cuando intentes ayudar a alguien, descubrirás que el amor de Dios se vuelve más fuerte y más excelente en tu corazón. Dios te bendice a medida que animes a alguien con el amor, el consuelo y la esperanza en la que te apoyas. Si no sabes qué decir, tal vez podrías empezar al dejarles leer esta carta.

«Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante».  Lucas 6:38 (NVI)

* * *

Hermanos y hermanas: Les pido que oren por este joven, para que Dios sustente su espíritu y que pueda hallar la comunión fraternal que necesita, de manera que juntos divulguen la luz de Dios en ese lugar de oscuridad.

Hay muchísimos cristianos que han seguido un camino equivocado y que han sido encarcelados porque han cometido un delito. Dios puede darles esperanza para seguir adelante y una forma de ser una bendición mientras están entre rejas. No solo oren por este joven, sino por otros que tal vez conozcan personalmente o de los que hayan oído hablar. Necesitan con urgencia que oren por ellos, a fin de que puedan aprender a ser una luz para otros. Oren conmigo para que podamos distribuir ampliamente esta carta y que todo el que la reciba la distribuya. Como resultado, creo que se puede llevar el mensaje de Jesús a prisiones enteras.

 

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