Revisión del equilibrio de vida, 4ª parte: Desarrollo personal
octubre 29, 2019
Enviado por Peter Amsterdam
Revisión del equilibrio de vida, 4ª parte: Desarrollo personal
[Life Balance Check, Part 4: Personal Growth]
A lo largo de la vida uno naturalmente va madurando y mejorando en las diversas facetas de la personalidad. Los encuentros que tenemos, tanto los agradables como los desagradables, nuestros éxitos y nuestros fracasos, las relaciones que entablamos, lo que leemos y estudiamos y cantidad de experiencias más nos van enriqueciendo. Ahora bien, es posible multiplicar nuestro desarrollo como persona aumentando intencionalmente nuestros conocimientos y habilidades, y eso nos permite madurar continuamente y crear un futuro mejor. Por otra parte, a veces nuestro progreso se frena porque no logramos dedicarle tiempo o dinero a un programa, curso o clase que hemos escogido. Cuando sucede eso y se nos dificulta el avance, es importante no olvidar ese objetivo de mejorar como persona; no hay que tirar la toalla.
Eso de crecer y desarrollarnos personalmente a través del aprendizaje es un proceso permanente. Todos podemos esforzarnos por avanzar, ya sea en nuestra formación profesional, aumentando nuestra cultura general, o creciendo espiritualmente. Ese crecimiento nos aporta mucha alegría y satisfacción, nos hace entender mejor las cosas, nos permite progresar y nos presenta nuevas oportunidades.
Desarrollo profesional
Joyce A. E. Russell escribió:
Dado lo complejo del entorno empresarial hoy en día, no es que seguir aprendiendo sea algo bueno, sino que es imprescindible para mantenerse uno al día… Nadie se puede permitir estancarse en cuanto a los conocimientos[1].
El desarrollo personal incluye la faceta profesional; se trata de volvernos más expertos, de progresar en nuestra carrera. Nuestro mejoramiento muchas veces nos abre las puertas a un empleo con mejor paga, más interesante y más significativo, a más oportunidades de testificar, o algún otro tipo de beneficio para nosotros mismos o para otras personas.
Crecer en todos los aspectos
Por otra parte, el desarrollo personal no se limita a nuestra vida profesional, a lo relacionado con nuestro trabajo, sino que tiene que ver con todos los aspectos de nuestra vida, como pueden ser nuestro bienestar emocional y nuestra satisfacción general con la vida. Z. Herefold afirma:
Cuando uno invierte en su desarrollo personal está asumiendo las riendas de su propia vida, sus circunstancias y su bienestar. […] Si, por el contrario, uno se queda pasivo y no se esfuerza por tomar su vida por los cuernos, por así decirlo, se está autopredisponiendo a que lo que pueda suceder lo afecte a uno externamente. Cuando uno no se prepara, no toma acciones proactivas, termina meramente reaccionando a lo que sucede a su alrededor, en vez de influir en lo que sucede[2].
El desarrollo personal no es algo que se pueda medir por el éxito económico, social o externo de una persona. Lo determina nuestro esfuerzo por desarrollarnos intelectual, física y espiritualmente con el propósito de alcanzar lo más plenamente posible el potencial que tenemos como ser humano.
Y parte de ese proceso de desarrollo consiste en expresar nuestros talentos y habilidades con el fin de enriquecer y beneficiar a otras personas. […]
Por tanto, el desarrollo personal es el proceso de esforzarse por llegar a ser la mejor persona que se puede llegar a ser, con el objeto de alcanzar y realizar plenamente el potencial que tenemos[3].
El desarrollo personal consiste en tender hacia el perfeccionamiento de todos los aspectos de nuestro bienestar: cuidar nuestro cuerpo físico, nuestro estado espiritual, cultivar los intereses intelectuales y el progreso espiritual.
Crecimiento espiritual
Uno de los hilos conductores de una vida cristiana es la pasión por aprender cada vez más sobre el Señor, Su Palabra y los planes que Él tiene para nosotros.
Poned toda diligencia en añadir a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento[4].
Hay muchas maneras de poner en práctica ese consejo: A continuación presento algunas:
- Seguir algún programa estructurado que nos guíe para ir leyendo regularmente la Biblia hasta terminarla, y comprenderla.
- Seguir a pastores cuyos mensajes sintamos que nos beneficien e inspiren, y repasar sus sermones.
- Tomar la iniciativa de formar un grupo de amigos que se reúnan regularmente para compartir espiritualmente, orar y pasarlo bien juntos. Pueden ser personas que vivan relativamente cerca, o bien por internet, con amigos y familiares con los que nos comunicamos por videollamadas.
- Unirse a un grupito de alguna iglesia con el que podamos estudiar y comentar la Biblia siguiendo un programa estructurado.
Facetas no religiosas
Dios nos creó de tal manera que nos interesan muy diversos asuntos. Hay muchísimo que aprender acerca de infinidad de temas, que nos aportan la posibilidad de desarrollarnos y educarnos. Hay muchos temas que, aunque no terminen convirtiéndose en una carrera profesional para ti, te ofrecen posibilidades de crecimiento, desafíos de aprendizaje y fuentes de satisfacción.
Y además de todo eso, el invertir en nuestro desarrollo personal nos hace sentirnos realizados y satisfechos con nuestro progreso personal y con el rumbo que está tomando nuestra vida. Estoy seguro de que, en caso de que no sepas bien qué hacer o dónde encontrar puertas abiertas para tu desarrollo personal, si le pides al Señor que provea y tienes los ojos bien abiertos para reconocer las oportunidades, Él te las presentará, aunque es posible que se trate de oportunidades poco comunes o inesperadas.
Aprendizaje de por vida
Cuando el Señor nos da una oportunidad de aprender algo, luego la pregunta es: ¿Qué vamos a hacer con esto? Pues aquí hay una respuesta de John C. Maxwell:
Nuestras decisiones ante las oportunidades que aprendizaje con que nos tropezamos determinan nuestro éxito y nuestros progresos por años. Tenemos que estar permanentemente aprendiendo.
Al cabo de todos estos años he llegado a la conclusión de que el seguir aprendiendo hasta el final de los días no es algo que suceda porque sí. No basta con «desear» aprender toda la vida. Tenemos que «proponérnoslo». Todo el mundo aprende algunas cosas. Pero las personas que no se han hecho un claro propósito de perfeccionarse, aprenden casi por casualidad. Mientras que si uno asume que lo que aprenda dependerá de uno, pues tiene que ser consecuente y comprometerse a dedicarle tiempo y esfuerzo al tema. Hay que destinar ciertas horas regularmente a aprender. Y luego, aprovechar bien esas horas.
Abraham Lincoln expresó: «No tengo en alta estima a un hombre que no es más sabio hoy que ayer». ¿Tú te vuelves más sabio cada día? […] Si adoptas el aprendizaje continuo, seguirás desarrollándote[5].
Igual que tenemos que proponernos cada día cuidar y mejorar la salud, tenemos que proponernos cada día crecer como personas.
Lamentablemente, mucha gente considera que el desarrollo personal es algo que se va a dar automáticamente con el paso de los años. Como si esas personas pensaran que, por el simple hecho de vivir cierto número de años, acumularán madurez, sabiduría y habilidad, como por magia. Pero en realidad hace falta algo más que años de vida para adquirir ese sabor especial que te permite dejar huella en el mundo. Hace falta comprometerse con uno mismo a mejorar un poquito cada día[6].
Beneficios de la lectura
Si uno no tiene tiempo o medios económicos para asistir a conferencias y seminarios, matricularse en cursos o ir a la universidad, existe una manera fabulosa de aprender mucho: leer. Leer puede ser como contar con cientos de mentores.
La lectura [es] fundamental. Siempre me he preguntado por qué tanta gente hoy en día se esfuerza tanto por poder tomarse un café con algún emprendedor famoso, cuando leer un libro es como obtener muchas horas de sus pensamientos más cristalizados[7].
Hace ocho años que el Señor me ha puesto en el corazón un profundo deseo de estudiar y escribir sobre teología cristiana, los evangelios, las parábolas de Jesús y la ética cristiana. Eso me ha llevado a leer muchísimo. Para poder escribir sobre el tema, le dedico muchas horas cada semana a la lectura y el estudio. A veces me siento como cansado, porque son asuntos un poco pesados, y complejos, y de vez en cuando más bien aburridos. A veces, que me siento agotado, o agobiado por lo complejo del contenido, tengo la tentación de tirar la toalla, o por lo menos de dejar ese libro para «otro día». Pero tengo la satisfacción de contarles que, si sigo en el empeño, leyendo y releyendo, al cabo de un rato se me pasa esa sensación de estar abrumado, y el Señor me ayuda a comprender por fin el asunto. Y en ese momento me entra una gran alegría, una sensación de que valió la pena el esfuerzo y, a la larga, me alegro de haber persistido.
Yo, personalmente, prefiero estudiar libros en físico que pueda tomar en la mano, marcar y poder resaltar partes del texto. Claro que solo lo puedo hacer si el libro es mío. Los que tengan alguna biblioteca cerca podrán leer libros sin necesidad de comprarlos. Los que vivan cerca de una universidad, averigüen porque muchas veces se permite la entrada a los vecinos de los alrededores aunque no estén estudiando allí. Miren a ver si tienen alguna oportunidad así donde residan. Los que no tengan acceso a ninguna biblioteca tal vez tengan que comprarse los libros que deseen leer. Para los que estén en ese caso: normalmente salen más baratos los libros electrónicos o ebooks (claro que hay que tener algún aparato en el que los puedan leer). También hay algunas páginas web que ofrecen muchos libros electrónicos, gratis; sobre todo los libros antiguos que ya están en el dominio público[8].
Muchos de los emprendedores sumamente exitosos que hay actualmente comparten la práctica del aprendizaje continuo por medio de la lectura, tal como se ve en el siguiente comentario:
Warren Buffet dedica entre cinco y seis horas diarias a leer cinco periódicos y quinientas páginas de informes empresariales. Bill Gates lee 50 libros cada año. Mark Zuckerberg lee por lo menos un libro cada quincena. El hermano de Elon Musk afirmó que él leía dos libros por día durante su adolescencia. Oprah Winfrey ha declarado que les debe a los libros gran parte de su éxito («Los libros fueron mi pase a la libertad personal».) Arthur Blank, cofundador de la cadena internacional de tiendas de artículos para el hogar y la construcción Home Depot, se pasa dos horas al día leyendo. Dan Gilbert, billonario que ha llegado desde abajo a ser dueño de Cleveland Cavaliers (equipo profesional de baloncesto de la NBA), dedica entre una y dos horas diarias a la lectura[9].
Hoy en día existen, además, cantidad de cursos universitarios abiertos, gratis, y una ingente cantidad de información y de estudios a los que se puede acceder por internet. Vale la pena aprovechar los numerosos recursos que se encuentran ahí para proponerse aprender cosas nuevas constantemente. Un amigo mío se matriculó hace poco en un curso gratis en línea (un CEMA) de Coursera titulado Aprendiendo a aprender que le pareció interesante. Hay un montón de cursos gratis así, de tipo general, que posiblemente resulten particularmente interesantes a los que no tengan todavía un claro interés determinado por un tema particular.
Hay que superar los obstáculos
Cuando llevamos una vida muy activa, y tenemos el horario copado, muchas veces lo primero que eliminamos es la inversión de tiempo en nuestro desarrollo personal (la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades, y aumentar nuestra la capacidad de comprender diversos campos de interés). Muchas veces la inversión en el aprendizaje exige sacrificio, porque para poder dedicarle tiempo tenemos que levantarnos más pronto por la mañana, o renunciar a actividades recreativas o algún entretenimiento nocturno o los fines de semana. Pero ¡vale la pena el esfuerzo! Claro que hay que mantener un equilibrio, como en todo. Tampoco podemos exigirnos demasiado. El caso es que, aunque no dispongamos de muchos espacios para aprender, podemos estar toda la vida aprendiendo.
Yo creo que el secreto está en hacer pequeños progresos graduales. Piensa en cuál es tu meta, trázate un plan para alcanzarla, y aunque solo puedas hacer algo mínimo, como leer una hora a la semana, haz eso. Y si no consigues encontrar tiempo para leer, puedes escuchar audiolibros, seminarios o podcasts mientras haces ejercicio, en los traslados, cuando trabajes en la casa o en el jardín. Otro pensamiento al respecto:
Si aspiras a desarrollarte, no puedes ser comodón. Lo que eres en este momento es resultado de la educación, los estudios y la capacitación que te han traído hasta este punto. La cuestión es: ¿Hasta dónde quieres llegar mañana? Si te limitas a aprovechar el impulso que te ha dado lo que has aprendido hasta ahora, no lo lograrás. […]
Muchas personas se sienten atascadas en lo que a aumentar sus conocimientos profesionales se refiere; ya están saturadas de trabajo, se sienten abrumadas por las tareas del hogar y familiares, y no ven de dónde van a poder sacar más horas para estudiar si ya les faltan horas en el día.
La clave consiste en darse cuenta de dos cosas: En primer lugar, que con lo fácil que es hoy en día acceder a la tecnología y las opciones que da el teléfono celular, ya no es necesario asistir a clase para aprender; puedes llevar tus herramientas de estudio encima a donde quiera que vayas. Y en segundo lugar, que como ya no hace falta contar con varias horas seguidas para ir a un lugar a recibir clase en persona, pues uno tiene plena libertad para decidir cuáles van a ser las condiciones de aprendizaje y el horario en que lo va a hacer. Si no cuentas con una hora seguida que puedas dedicar a cultivar una nueva habilidad… ¿puedes dedicarle 10 minutos?[10]
Disfruta de los beneficios
El tomarte el tiempo necesario para aprender cosas nuevas te enriquece como persona, y normalmente te hace más seguro de ti mismo. También te da más temas de conversación, lo cual puede abrir puertas para testificar. Muchas veces la gente se fija en la capacidad de conversación que tienes, y si eres capaz de dialogar sobre toda una variedad de temas y sobre los asuntos que le interesan a tu interlocutor; a veces eso invita a formar una amistad, y redes sociales, que a su vez te ofrecerán oportunidades de compartir tu fe y de ministrar a otras personas espiritualmente. De esa manera el desarrollo personal entra a formar parte del ciclo de la vida: conocer a nuevas personas, establecer relaciones con nuevas personas, enriquecer sus vidas y enriquecerte a tu vez con su contacto.
Si te nace un interés por algún tema nuevo, lo más probable es que el Señor tenga un motivo para ello, y que o bien sea para proporcionarte alegría y satisfacción a ti personalmente, o tal vez porque en algún momento del futuro eso te va a presentar alguna oportunidad o te va a servir de alguna manera para que lo glorifiques y ayudes a otras personas.
A mí me hace ilusión pensar en qué nuevas cosas el Señor me llevará a estudiar, explorar y aprender, y espero que a ti también.
El corazón inteligente busca la sabiduría[11].
Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría y obtiene la inteligencia[12].
[1] Joyce A. E. Russell, citada por Aaron Skonnard, «12 Powerful Ways to Grow in Your Career», Inc., 14 de octubre de 2014, https://www.inc.com/aaron-skonnard/12-powerful-ways-to-grow-in-your-career.html.
[2] https://www.essentiallifeskills.net/personaldevelopment.html.
[3] https://www.essentiallifeskills.net/humanpotential.html.
[4] 2 Pedro 1:5.
[5] John C. Maxwell, «Learning Doesn’t End With Graduation», blog, 20 de mayo de 2014.
[6] John C. Maxwell, «The Secrets Of Success: Personal Growth», blog, 26 de enero de 2016.
[7] Adam Bryant, «Drew Houston de Dropbox: Descubre eso que no sabes», Escuela Para Ricos.net, 25 de octubre de 2016.
[8] https://onlinebooks.library.upenn.edu/.
[9] Michael Simmons, «Bill Gates, Warren Buffett and Oprah Winfrey All Use the 5-Hour Rule», Inc., 5 de agosto de 2016.
[10] Skonnard, «12 Powerful Ways to Grow in Your Career», Inc., October 14, 2014.
[11] Proverbios 15:14.
[12] Proverbios 3:13.