Sol y lluvia

abril 5, 2014

Enviado por María Fontaine

Pensamientos sobre la fe y la esperanza en medio del sufrimiento

Recopilado y preparado para publicación por María Fontaine

Nuestra reacción natural a los contratiempos o la enfermedad es querer que pasen lo más pronto posible. El Señor también quiere lo mismo. La única diferencia es que para nosotros «lo más pronto posible» por lo general significa ahora mismo, más allá de que nuestra vida haya sido moldeada y azotada por medio de esas pruebas como el Señor se propone que sea.

Las siguientes citas y pensamientos encierran importantes principios que nos han sido legados por personas que experimentaron en carne propia el sufrimiento. Se trata de palabras que brotaron del corazón. No son producto de un análisis esbozado fríamente a partir de la razón, sino de la sabiduría que mana de la experiencia personal.

Permitan que los animen a encomendarle sus propias dificultades y penas a Jesús con un corazón abierto y el deseo de que Él los acompañe tanto en las buenas como en las malas. La Biblia dice: «Él nos consuela en nuestras tribulaciones»[1]. Es justamente en medio de las tribulaciones donde más aprendemos a comprender Su consuelo. Es entonces cuando se enriquece y se realza nuestra vida, tanto en esta Tierra como en el mundo venidero, y se llena de entendimiento, sabiduría y el amor que proviene de atravesar las aguas, surcar los ríos y pasar por el fuego, y de saber que no pudieron vencernos[2].


La manera más rápida de escapar a nuestros sufrimientos es estar dispuestos a que duren tanto tiempo como Dios lo disponga.  John Wesley

No es necesario que sientas que tienes muchísima fe. No hace falta que te sientas un gigante espiritual. Lo único que tienes que hacer es persistir, aferrado al ancla de Mi Palabra pase lo que pase a tu alrededor y sin importar cómo se vean las circunstancias, y tarde o temprano ganarás la recompensa de la promesa.  Jesús, hablando en profecía

Cuando nos toca enfrentar dificultades podemos reaccionar de una serie de maneras. Podemos permitir que nos derrumben, y quedarnos sin fuerzas ni energías. Podemos rebelarnos y negarnos a aceptar el bien que eso podría reportarnos. Podemos escudarnos en un torbellino de actividades para no tener que pensar en lo que nos está sucediendo. O bien, podemos aceptarlo —sin dejarnos derrotar, rebelarnos ni evadirnos— y confiar en que Dios nos aclarará más adelante lo que tanto nos cuesta comprender al presente.  George Appleton

Tú, oh Señor, eres capaz de convertir mi espina en flor. Y quiero que transformes mi espina en flor. A Job le llegó el sol tras la lluvia, pero ¿acaso se desperdició toda esa lluvia? Job quiere saberlo. Yo también quiero saberlo, saber si es que la lluvia tuvo algo que ver con el brillo del sol. Y Tú puedes decírmelo, Tu cruz puede decírmelo. Has coronado Tu dolor. Que sea esta mi corona, oh, Señor. Solo triunfo en Ti cuando aprendo a apreciar el resplandor de la lluvia.  George Matheson

Lo fantástico de las épocas de desdicha es poder tomárselas poco a poco, hora por hora, como con una enfermedad. Casi nunca es el presente mismo lo insoportable.  C. S. Lewis

No te rindas solo porque en este momento el dolor es intenso. Avanza a pesar el dolor y pronto descubrirás que tiene una nueva visión y un nuevo propósito.  Stuart Singer

Sin importar lo que haya sucedido, no todo son malas noticias. Jesús está de tu lado. Puede que te veas obligado a pasar mucho tiempo a solas; si es así, aprovecha esos momentos. Yo encuentro que me permite zambullirme en la Palabra y orar por muchas personas. Veo cómo todos andan tan ajetreados como solía estarlo yo, y que muchos sufren. He aprendido a sentarme a contemplar a las personas. Cuando a mi lado pasa alguna señora, digo: «Gracias a Dios que puede caminar. Estoy segura de que lo necesita más que yo. A lo mejor tiene familia», y me pongo a rezar por sus necesidades, y me doy cuenta de que al hacerlo se me hace soportable el dolor que siento en el corazón. Estoy convencida de que no hay dolor del corazón que uno no pueda soportar si se aboca a satisfacer las necesidades de los demás.  Helga Hopper (sobreviviente de apoplejía)

Nuestra fe cristiana no explica del todo el misterio del sufrimiento. Nos enseña a lidiar con el sufrimiento. Nos asegura que Dios no desea que suframos, pero nos explica que está en él, para redimirnos y convertirlo en bien y en bendición. Recordemos también que la vida más perfecta no estuvo libre de sufrimiento.  George Appleton

No logramos ver el sufrimiento en el orden superior de las cosas. No nos damos cuenta de que el sufrimiento es una dimensión inevitable en la vida. Como hemos perdido perspectiva, no vemos que a menos que uno esté dispuesto a aceptar el sufrimiento como corresponde, él o ella se rehúsa a continuar la búsqueda de su madurez. Rehusarse a sufrir es rehusarse a crecer.  Henri J. M. Nouwen

Querido Dios, ayuda mi incredulidad. Cuando siento dolor, me olvido de que velas por mí. Se me olvida que me has ayudado en medio de mis tribulaciones. Se me olvida que me tienes a salvo en Tus brazos. Se me olvida que sufres junto conmigo y que me amas. Se me olvida que soy importante para ti. Revélame Tu presencia; permíteme sentir Tu amor envolvente. Sana mi alma adolorida. Gracias por permanecer a mi lado aun en medio de mi incredulidad.  Timothy Dailey

Los hijos del Señor pueden sufrir muchas enfermedades, penas y tribulaciones sin llegar a aprovechar los beneficios que estas reportan si no aprovechan la oportunidad para averiguar qué bien les tiene deparado a la larga el Padre.  Autor anónimo

A veces en tu camino hay obstáculos, cosas que se interponen con Mis respuestas, y que espero a que tú mismo quites de en medio. Sin embargo, al final todo depende de tu fe, de que creas que responderé, de asegurarte de haber cumplido con tu parte del trato, y luego, de seguir creyendo y hacer lo que te pido que hagas durante el tiempo que tome hasta que llegue la respuesta.  Jesús, hablando en profecía

Cuando me encuentro en el sótano de las aflicciones, busco los vinos más selectos del Señor.  Samuel Rutherford

Las aflicciones son ligeras cuando se las compara con lo que en realidad nos merecemos. Son ligeras cuando las comparamos con los sufrimientos de Jesús. Pero quizás su verdadera ligereza se ve con mayor claridad cuando las comparamos con el peso de gloria que nos espera.  A. W. Pink

Aunque solo sea por un instante, deja de pensar en ti mismo y tus circunstancias, olvídate de las cosas del mundo y de todo lo que pueda distraerte, y fíjate en Dios. Considera Sus obras magníficas. Con esto no quiero dar a entender que tu alma o tus circunstancias no sean importantes. Solo quiere decir que estás en manos de un Dios omnipotente cuya capacidad para obrar a tu favor solo es comparable con el enorme afecto que te tiene como hijo Suyo que eres, un Dios cuya fuerza no tiene fin y cuya soberanía cubre la expansión de los cielos. La intención de Dios no es minimizar tu vida, tus esfuerzos ni tus decepciones. Lo que se propone es hacer que cobres ánimo, sabiendo que de esa manera nada puede arrebatarte de los amorosos brazos de Dios.  Sam Storms

Soportar la prueba en medio del sufrimiento, y no cuando todo son éxitos, salud y riquezas, es el sello de un verdadero cristiano. Es más: son la fe y la esperanza en medio del sufrimiento, y no el que a uno se lo libre milagrosamente de sus tribulaciones la prueba más fehaciente de que Dios es más que poderoso para hacerse cargo de este mundo desesperado.  Scott Hafemann

El único absoluto que existe es la fe, una fe que va más allá de la «prueba» o la validación, una fe a la que puedes aferrarte, una fe capaz de mantenerte en pie todos los días de tu vida, incluso si llegaras a «morir en la fe, no habiendo recibido la promesa»[3].  Jesús, hablando en profecía

Nuestra principal prioridad en épocas de adversidad es honrar y glorificar a Dios confiando en Él. Solemos dar prioridad a la búsqueda de alivio de nuestros sentimientos de dolor, decepción o frustración. Se trata de un deseo natural, y Dios prometió darnos suficiente gracia en nuestras pruebas y paz para nuestra ansiedad[4] [5], el honor de Dios debe prevalecer sobre lo que sentimos. Honramos a Dios cuando escogemos confiar aún si no entendemos lo que se propone o por qué ha permitido que nos sobrevenga alguna circunstancia adversa. A medida que buscamos la gloria de Dios, podemos tener la certeza de que lo que se propone con nosotros es para bien y que Su propósito no se verá frustrado.  Jerry Bridges


[1] 2 Corintios 1:4.

[2] Isaías 43:2.

[3] Hebreos 11:13.

[4] 2 Corintios 12:9, Filipenses 4:6–7.

[5] Mateo 26:39.

Traducción: Irene Quiti Vera y Antonia López.