Una vida que vale la pena

junio 24, 2017

Enviado por María Fontaine

[A Life Worth Living]

Los cristianos han tenido persecución desde la época de Jesús hasta la fecha. Nuestro Señor explicó en las Escrituras que esa es parte de la vida de Sus seguidores. Dijo: «Acuérdense de la palabra que les he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a Mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán»[1]. Asimismo, el apóstol Pablo dijo: «Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución»[2].

Eso es cierto. Para muchas personas que equiparan el término «persecución» con los casos más graves: prisión, tortura y muerte, eso puede presentar un problema. De manera constante se enteran de muchos casos publicados en YouTube, en las noticias y en muchos otros sitios web cristianos, en los que se dice que va en aumento el número de las personas creyentes que han tenido que soportar esa clase de persecución. Luego ven a su alrededor a muchos otros cristianos que fielmente han servido a Jesús toda su vida, y que sin embargo nunca enfrentaron algo tan grave. Entonces se preguntan si esas personas no eran lo suficiente cercanas a Dios como para estar en el grupo de «todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución».

Creo que la respuesta puede estar en la definición de la palabra «persecución». He buscado la definición en diccionarios para ver cuál es el significado no religioso y cómo se emplea esa palabra en el contexto de las Sagradas Escrituras. En ambos casos el término está ligado al seguimiento, acoso, opresión o castigo. En otras definiciones el concepto hace referencia a enfrentar resistencia, hostilidad, maltrato u oposición. Eso refleja un panorama mucho más amplio.

Cuando vives la verdad del Evangelio, es inevitable que enfrentes oposición y resistencia.

Algunos han tenido que soportar persecución extrema. Otros, han sufrido de otra forma. Sea cual sea la situación, Dios les da la fuerza y el valor para enfrentar lo que les ha pedido.

Ninguno de nosotros puede saber cómo será nuestra vida en el futuro. Sin embargo, sabemos que pase lo que pase, Jesús nunca nos fallará. Sea lo que sea que Él nos pida hacer en esta vida, si lo seguimos de cerca, lo glorificaremos. Independientemente de lo que nos pida hacer, Su poder estará presente para ayudarnos cuando lo necesitemos. A medida que acudimos a Él, seremos vencedores, y Él estará complacido con nosotros.

Quise saber lo que el Señor tenía que decir al respecto. Esto es lo que Él dijo en profecía:

¿Qué es un mártir? Un mártir es literalmente un testigo. Se trata de cómo se enfrenta la vida. A fin de vivir a diario con la fe que tiene un mártir hace falta que te esfuerces al máximo para ser un testigo, un ejemplo vivo de lo que crees y lo que has aprendido de Mí.

Luego, si en algún momento te encuentras en una situación parecida a la de quienes han sufrido persecución severa, estarás preparado, porque los principios son los mismos y habrás tomado la decisión de poner todo en el altar a fin de seguirme sin condiciones.

Vive tu fe a diario. Así, si un día enfrentas cárcel, sufrimiento o muerte como testigo de la verdad, simplemente será otro paso en la vida que ha llenado tu corazón todo el tiempo. Los que han sufrido esas cosas por su fe son ejemplos extraordinarios, visibles, del poder de Mi amor que han elegido que sea  parte de ellos. Asimismo, una vida dedicada a Mí, que no tiene que enfrentar esa persecución extrema, puede ser igual de hermosa.

Ya sea que el ataque a tu fe sea físico, visible o relativamente oculto, como puede ser en la aparente vida fácil de muchos lugares del mundo occidental, en todas las circunstancias puedes afianzar tus convicciones y defender tu fe al tener una relación más estrecha conmigo. Puedes acudir a Mí cada mañana y pedirme que te indique cómo vivir lo que crees.

A fin de tener pasión para encontrar formas de vivir tu fe en Mí hace falta que entre nosotros haya una conexión dinámica, activa, que vaya en aumento. A medida que nuestro vínculo se vuelva más fuerte, también lo será tu confianza en Mí. Si vives cada día así, en caso de que llegues a estar frente a frente con el sacrificio o sufrimiento extremo, o incluso la muerte por causa de Mí, en vez de abandonar tu fe, te apoyarás en Mi verdad, el único fundamento verdadero. Ese es el espíritu de mártir, y proviene de tu amor por Mí.

El secreto es hacerme partícipe de todo en tu vida. Vivir cerca de Mí a diario es el camino para lo que necesitas. Los que a la larga enfrentaron persecución extrema debieron comenzar optando por seguirme cada día, al igual que tú lo has hecho. Cuando llegó el momento en que les pedí que pagaran el precio más alto, lo hicieron como siempre habían hecho todo —del brazo conmigo—, a medida que dejaban atrás la difícil prueba que soportaban para entrar al Cielo conmigo, a todo lo que les esperaba.

Los principios son los mismos, independientemente de quién eres. Cuando enfrentes dificultades, o veas que alguien tiene problemas, tómalo como oportunidades de vivir tu fe momento a momento, día a día, en cosas importantes o pequeñas. Permite que tus experiencias cotidianas te acerquen más a Mí. Luego estarás listo para lo que sea que te pase en este mundo, ahora o en el futuro, porque sabes que Yo compensaré con creces. Eso crea una vida que vale la pena. Cuesta avivar el corazón para aferrarte a Mí. Solo el amor puede motivarte para que estés dispuesto a pagar el precio. ¿Para ti valgo eso? 


[1] Juan 15:20 (RVC).

[2] 2 Timoteo 3:12 (RVR 1995).