Variedad de dones

junio 25, 2011

Enviado por María Fontaine

Si cuando miras a tu alrededor no ves más que personas que son más inteligentes, más elocuentes, más hábiles, más dinámicas o que simplemente parecen ser más o mejores que tú en diversos aspectos, no eres el único.

El problema, sin embargo, es que eso contribuye a que en el mundo haya muchas personas desmoralizadas y deprimidas, pues verse uno a sí mismo como inferior a los demás o peor que ellos no es un ejercicio muy alentador que digamos.

No es que uno quiera bajar a los demás a su nivel. A uno le gustaría simplemente alcanzar el nivel de ellos, o por lo menos acercarse. Pero cuando nos miramos a nosotros mismos, fácilmente nos desanimamos. En tal situación, ¡lo que el Señor quiere es que cobremos ánimo!

En primer lugar, recuerda que Él es justo, y que cuando reparte dones, talentos, capacidades y habilidades, a cada uno le da algo especial. Y a ti no te pasó por alto. La Biblia dice: «Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo»[1]. «Tenemos dones diversos según la gracia que Dios ha concedido a cada uno»[2].

Si te examinas a ti mismo con total franqueza y te fijas más en tus características positivas que en las negativas, descubrirás que tú también tienes cualidades y habilidades que pueden ser motivo de satisfacción, dones que el Señor te ha dado para hacer bien ciertas cosas. Puedes tener la seguridad de que hay personas que se fijan en ti y en tus puntos fuertes y piensan: «¡Ojalá en eso fuera más como él!»

Sería mucho mejor que todos aprendiéramos a apreciar la variedad de dones que el Señor ha dado a los demás sin olvidar o dejar de ver los que nos ha dado a nosotros.

Sobre todo, recuerda que Él no te compara con nadie. El amor que siente por ti es eterno, y es un amor que ve todo lo bueno y las posibilidades que tienes. ¡Lo que le importa es que lo ames y quieras complacerlo! Para Él no hay nadie como tú. ¡Te tiene un cariño particular!


[1] 1 Corintios 12:4

[2] Romanos 12:6