¡Feliz día del amor y la amistad!

febrero 14, 2012

Enviado por María Fontaine

Cada vez que pienso en el día del amor y la amistad, fecha que se conoce por el intercambio de regalos especiales de amor entre personas que se quieren, pienso más que nada en el gran amor sacrificado de Dios, que nos entregó a Su hijo, Jesús. Y luego pienso que todo el amor que tenemos para compartir con los demás en el Día de San Valentín —y en cada día del año— es posible debido a Su amor. Para Él no existe ningún momento que no sea ocasión de dar. Quiero seguir su ejemplo lo más que me sea posible.

Encontré un poema de significado muy profundo, que menciona algunos de los regalos que recibimos de nuestro gran Amor cada día del año. Cuando nuestra taza de amor rebosa con Sus dones, nos hace querer compartir ese amor con los demás para que ellos también puedan experimentarlo.

Aquí va el poema:

Él no me envía rosas,
porque es la Rosa de Sarón;
las hace crecer en mi huerta:
no las encarga a una florería.
Tampoco besa mis labios;
sino que con los cálidos rayos del sol y el suave toque de la lluvia acaricia mi ser completo.
No me regala joyas y diamantes
sino que por las noches puso en el cielo estrellas centelleantes y las hizo mías.
No me susurra al oído
pero Su voz suave y apacible llena mi espíritu y me acompaña en todo momento.
No es un amante que me haya jurado su amor hasta que la muerte nos separe:
Su amor es eterno.
No se limita a enviarme regalos y hacerme dulces promesas
porque Él mismo es el mayor de los regalos y el cumplimiento de todas las promesas.
No llenará mi vida llevándome al altar
porque Él mismo se colocó en el altar para que así conociera yo la vida, para que lo conociera a Él
y lo amase para siempre[1].

Nuestro querido Jesús es el amante por excelencia, Aquel que nos ha dado un amor sin límites y a quien le agrada enormemente que lo ayudemos a comunicarle ese amor a los demás, hoy y siempre. ¡Feliz día de los enamorados!


[1] Adaptado de un poema de Janice K. Lawrence.

Traducción: Quiti y Antonia López.