Una boca más limpia, mejor salud

septiembre 2, 2017

Enviado por María Fontaine

[Cleaner Mouth, Better Health]

El Señor me ha indicado que ponga mayor énfasis en un aspecto importante de mi vida: mi salud física. Nuestro cuerpo, al fin y al cabo, es el templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19, 20). Así como tenemos que esforzarnos para mantener nuestro crecimiento y salud espirituales, también necesitamos mantener en buen estado nuestro cuerpo físico, el que hace posible que nuestro espíritu desempeñe su trabajo aquí en la Tierra.

Nuestro cuerpo es importante para el Señor, y Él es feliz —y también nosotros— cuando procuramos mantenerlo en buen estado. En el presente artículo, y en otros de próxima publicación, contaré lo que el Señor me ha indicado para mejorar mi salud. Los detalles concretos de mi situación y lo que el Señor ha obrado en mi caso no se aplicarán a todo el mundo. Sin embargo, es importante que todos tratemos nuestro cuerpo de forma responsable al hacer lo que podamos a fin de cuidar bien de él.

* * *

En este artículo quiero hablarles de una práctica sencilla que ha contribuido a mejorar la salud de muchas personas que la han convertido en un hábito. En realidad, es un método que se ha empleado por miles de años para mejorar la salud. Lo que el Señor provee para mejorar nuestra salud, o para evitar complicaciones, es un regalo de Su misericordia y gracia para un mundo de personas que necesitan con urgencia que el cuerpo les funcione bien.

Hablo de algo que puede mejorar la salud de los dientes, las encías y el interior de la boca. Muchos estudios han revelado que también ayuda a sanar dolencias en otras partes del cuerpo, lo que explicaré más adelante en este artículo.

Por varios años, de manera intermitente, he tenido molestias en el interior de la boca. He tenido caries, úlceras bucales, dolor o encías que sangran. Hice lo que pude para tener una buena higiene dental, pero las molestias volvían periódicamente.

Una integrante de LFI me recomendó varias veces que hiciera un enjuague con aceite. Ella estaba convencida de que eso ayudaría a mis molestias de la boca. Tanto ella como su esposo estaban convencidos de la eficacia de ese enjuague. Lo habían hecho con fidelidad y les parecía que en el caso de ellos se notaba la diferencia. De todos modos, me resistía a la idea.

Entonces, un día noté que tenía los dientes muy sensibles debido a una caries que no se había detectado antes. Sin embargo, como la próxima visita al dentista sería varias semanas después y no logré conseguir una antes de ese tiempo, tuve que buscar alguna solución provisional para calmar las molestias. Si podía evitarlo, no quería tomar un calmante para el dolor. Tampoco quería que esa zona del diente tuviera una inflamación y doliera tanto que el dentista no pudiera trabajar en ella cuando por fin fuera a verlo. En cierto modo, estaba atascada. Así pues, pregunté al Señor si había una solución.

El Señor me dijo que probara el enjuague con aceite a diario, aunque no me gustara la idea, pues esa molestia no desaparecería de repente.

No sé por qué me opuse tanto. Supongo que por la misma razón que otras personas: poner una cucharada grande de aceite en la boca y mantenerlo allí de 15 a 20 minutos sin tragarlo no parecía una idea muy atrayente y, ah, casi peor, sin poder hablar, ¡ja!

Muchas personas que promueven ese método dicen que se haga a primera hora de la mañana; a esa hora despierto, hablo y oro con Peter. Así que para mí no era muy conveniente ni siquiera práctico. Sin embargo, si quería deshacerme del dolor dental y, lo más importante, si iba a seguir las indicaciones del Señor, necesitaba por lo menos intentarlo.

Así pues, hicimos un estudio minucioso del enjuague con aceite. Y descubrimos que todas mis reservas eran infundadas.

  1. Descubrí que, aunque lo ideal es hacer el enjuague con aceite a primera hora de la mañana, se puede hacer a cualquier hora del día, e incluso más de una vez al día si se quiere.
  2. Aunque el empleo de una cucharada de aceite de coco, de ajonjolí (sésamo) o de oliva es lo que a la mayoría de las personas les da buenos resultados, si tu boca es bastante pequeña, como la mía, no tienes que utilizar esa cantidad. Descubre cuál es la cantidad con la que puedes hacer un buche y revolver el aceite en el interior de la boca, sin que te parezca que la boca está muy llena.
  3. Aunque lo ideal es mantener el aceite 20 minutos en el interior de la boca, de todos modos hay beneficios si al principio lo haces por 10 minutos. Puedes acostumbrarte a lo que sea, y cuando piensas en lo que tal vez tendrías que pasar con relación a los medicamentos u otros tratamientos y sus múltiples efectos secundarios, poner un poco de aceite en la boca por 20 minutos diariamente sin duda es la menor de las dificultades que podrías tener.
  4. ¿Por qué no probarlo? Si se piensa en ello, a menudo se pone aceite y vinagre en las ensaladas; y luego eso se introduce a la boca. En realidad no es algo tan distinto poner un poco de aceite en la boca. Hasta es posible que llegue a gustarte, ¡como a mi amiga y su esposo! Quiero que también llegue a gustarme.

Al mover el aceite en el interior de la boca, haciéndolo pasar por los dientes, ocurre una reacción química con la saliva de la boca. Se sueltan las bacterias dañinas que están adheridas a los dientes, y quedan atrapadas en el aceite. Además, el movimiento del aceite en el interior de la boca saca las bacterias de las caries o de los huecos de las encías. Luego, al escupir el aceite, te deshaces de las cosas malas con mucha mayor facilidad que prácticamente de cualquier otra manera.

Se han hecho muchas evaluaciones excelentes de los beneficios del enjuague con aceite. A eso, puedo añadir ahora los buenos resultados en mi caso. En solo dos días, ¡la sensibilidad en ese diente desapareció por completo! Quedé sorprendida porque aunque mordía y masticaba con ese diente, ya no tenía sensibilidad ni dolor.

Además, mis resultados inmediatos no fueron algo excepcional. Un gran número de personas da testimonio de que un conjunto de síntomas que tenían en la boca desaparecieron muy rápidamente.

Finalmente, ¡lo probé y he visto los beneficios! Me resistía y pensaba: «No lo haré a menos que tenga que hacerlo». Esa era mi actitud. Y ahora apoyo esa práctica con entusiasmo; es un procedimiento muy sencillo y relativamente económico. Quiero que se convierta en un hábito y hacerlo el resto de mi vida.

Ahora bien, lo que funciona para una persona no siempre dará buenos resultados a otra. Sin embargo, esto parece dar buenos resultados a muchas personas.

Aunque te parezca que no tienes molestias relacionadas con la dentadura, de todos modos puede ser beneficioso en lo que respecta a un aliento más fresco, una boca más limpia y menos visitas al dentista, sin mencionar que tal vez evites molestias en el futuro. Además, tu boca, que utilizas para testificar, estará en mejor estado para llevar a cabo su trabajo cuando lo necesites.

Incluso quienes en su vida han tenido pocos o ningún problema dental, pueden empezar a tener molestias a medida que pasan los años, solo porque el cuerpo no funciona tan bien como antes.

Estos son algunos beneficios que la gente menciona:

  • Puede reducir, y en muchos casos detener, las caries.
  • Elimina el mal aliento
  • Contribuye a que sanen las encías sangrantes
  • Reduce la inflamación
  • Blanquea los dientes
  • Alivia la sequedad de la garganta
  • Sana los labios partidos
  • Fortalece las encías y la mandíbula[1]

Otros posibles beneficios del enjuague con aceite en lo que respecta a la salud en general

  • Mejora el funcionamiento de los pulmones
  • Mejora la salud del corazón
  • Desintoxica el organismo
  • Auxilia en el tratamiento del asma
  • Aumenta la energía
  • Estimula el sistema inmunitario
  • Sana muchas afecciones de la piel (los estudios revelan que mejora los casos de acné, psoriasis y eczema)
  • En algunos casos, el enjuague con aceite ha reducido o eliminado los trastornos del sueño, sinusitis y dolores de cabeza, como los causados por la resaca.

Tal vez un hábito sencillo como este podría mejorar tu salud en general. Hay ciertas partes del organismo, como los pulmones, los senos nasales y debajo de la lengua, donde la sangre se acerca tanto a la superficie que hay cosas que se pueden absorber directamente en el torrente sanguíneo.

En el interior de la boca se pueden ocultar muchas bacterias, que luego pueden introducirse en el torrente sanguíneo. De ahí, pueden transportarse a diversas partes del cuerpo y causar daño a los órganos. Esos microorganismos pueden establecer una colonia en las pequeñas cavidades entre los dientes y las encías, y también en las caries. Luego, eso puede convertirse en una fuente constante de infección que se introduce en el torrente sanguíneo, de modo que aunque el sistema inmunitario combate la enfermedad, continúan llegando más de esas bacterias destructoras, lo que evita la curación.

Cuando se eliminan muchos de esos organismos de la boca por medio del enjuague con aceite, se impide que lleguen al torrente sanguíneo. Eso puede evitar una mayor entrada de enfermedades por esa vía. Entonces, el sistema inmunitario puede vencer los gérmenes dañinos ya presentes en el cuerpo, y puede ocurrir la curación.

Una integrante de LFI contó la experiencia que ha tenido con el enjuague con aceite:

Por casi tres años he hecho esto a diario, de inmediato al despertarme.

Tomo una cucharada de aceite de coco orgánico, sin refinar. Lo introduzco en la boca y lo muevo entre los dientes durante 20 minutos mientras preparo el té de la mañana, me lavo la cara, etc.

Por años tuve una parte seca (psoriasis) atrás de la cabeza, que se veía mal. Sin embargo, después de aproximadamente un año de usar el enjuague con aceite, ¡esa mancha desapareció! Además, casi de inmediato noté que mis dientes eran más blancos.

En las siguientes visitas al dentista, me dijeron que mis dientes estaban en excelente estado, que ya no tenía sarro.

Por último, a título personal, toda la vida me dijeron que me hiciera una limpieza de los dientes cada tres meses, por el estado de mi dentadura. Varias semanas después de empezar el enjuague con aceite, fui al dentista a hacerme una limpieza. Cuando le pregunté cuándo sería necesaria la próxima limpieza, me dijo que mi dentadura se veía bastante bien y que lo que sea que estuviera haciendo, debería seguir haciéndolo. Luego, programó la siguiente limpieza para seis meses después, en vez de tres meses, que era lo habitual.

Dios nos da curación de muchas maneras. En algunos casos es de inmediato, y en otros, es una curación más lenta. Unas veces, la curación es sobrenatural, y otras, natural, y con todos los grados intermedios entre unas y otras. Alabemos y demos gloria a nuestro Dios que nos creó. Dios nos ha dado maneras de mantenernos sanos y de sanarnos cuando estamos enfermos.

En este enlace se explica paso a paso y de manera sencilla cómo se hace el enjuague con aceite:

https://www.blenderbabes.com/articles/health/oil-pulling-in-3-easy-steps-for-amazing-health-benefits/

1. Poner en la boca una cucharada de aceite. Revolver en el interior de la boca hasta que el aceite sea de color blanco lechoso, aproximadamente de 15 a 20 minutos. (¡Ten cuidado de no tragarlo!)

2. Cuando termines, escupe el aceite en un cubo de basura. TEN EN CUENTA LO SIGUIENTE: NO escupas en el lavabo, ¡pues el aceite puede solidificarse y obstruir el lavabo!

3. Luego, enjuaga la boca con agua tibia (o agua con sal) y cepíllate los dientes como lo haces normalmente.