Vivir el cristianismo: Los Diez Mandamientos (Homosexualidad)

junio 30, 2020

Enviado por Peter Amsterdam

[Living Christianity: The Ten Commandments (Homosexuality)]

(Partes de este artículo provienen de los libros Christian Ethics de Wayne Grudem[1] y Christian Ethics: Contemporary Issues and Options de Norman Geisler[2].)

En nuestra exploración del séptimo mandamiento, «No cometerás adulterio»[3], los temas que hemos cubierto hasta ahora son el matrimonio, la sexualidad, el divorcio y las segundas nupcias, el control de la natalidad, la infertilidad, la adopción y la pornografía. El último tema, que abordaremos en el presente artículo, es la homosexualidad.

Como ya lo explicamos en entregas anteriores[4], el designio divino con respecto a la conducta sexual humana fue que las relaciones sexuales se debían practicar entre un hombre y una mujer casados entre sí. En el matrimonio, el marido y la mujer se hacen una sola carne[5]. Jesús aludió a estos versículos:

Al principio de la creación, hombre y mujer los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno[6].

La unión de un hombre y una mujer en matrimonio constituye la unión de «una sola carne» a la que se refiere el Génesis.

Basado en el mandamiento de que no cometerás adulterio[7], el acto sexual entre un hombre y una mujer fuera del matrimonio está prohibido a lo largo del Antiguo y del Nuevo Testamento. Otras formas de interacción sexual también están proscritas a través de las Escrituras, entre ellas las siguientes:

Prostitución. Si bien algunas formas de prostitución no estaban condenadas en el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento se opone explícitamente a recurrir a los servicios de una prostituta.

¿No saben que sus cuerpos son miembros de Cristo mismo? ¿Tomaré acaso los miembros de Cristo para unirlos con una prostituta? ¡Jamás! ¿No saben que el que se une a una prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Pues la Escritura dice: Los dos llegarán a ser un solo cuerpo[8].

Incesto (relaciones sexuales entre personas de parentesco tan estrecho que por ley tienen prohibido casarse).

Ciertamente, se oye que hay entre ustedes inmoralidad sexual, y una inmoralidad tal como ni aun entre los gentiles se tolera; tanto, que hay quien tiene la esposa de su padre. ¡Y ustedes están inflados de soberbia! ¿No habría sido preferible llorar, para que el que ha cometido semejante acción fuera expulsado de entre ustedes?[9] (V. también Levítico 20:11-21.)

Bestialismo o zoofilia.

No tendrás cópula con ningún animal, contaminándote con él; ni mujer alguna se pondrá delante de un animal para tener cópula con él. Eso es una depravación[10]. (V. también Levítico 20:15,16.)

Otra actividad sexual prohibida son las relaciones homosexuales, sobre las cuales trata este artículo. La que expondremos enseguida es la interpretación cristiana clásica de lo que la Biblia enseña con respecto a la homosexualidad. Algunos autores cristianos adoptan la perspectiva de que la Escritura no condena rotundamente la homosexualidad, excepto cuando esta es promiscua. Asumen la postura de que los matrimonios homosexuales monógamos concuerdan con la pedagogía bíblica[11]. Sin embargo, la mayoría de las confesiones cristianas consideran que la homosexualidad, tanto entre hombres como entre mujeres, es pecado de acuerdo a las enseñanzas de la Escritura.

El primer texto bíblico que se pronuncia acerca de la homosexualidad es Génesis 19. Este pasaje describe a dos ángeles que visitan la ciudad de Sodoma. Lot, sobrino de Abraham, vivía allí, y como ya oscurecía invitó a los dos visitantes a pasar la noche en su casa. Estos dijeron: «No, sino que pasaremos la noche en la calle». Pero él les insistió mucho[12]. Los visitantes aceptaron la invitación de Lot. Más tarde todos los hombres de la ciudad, tanto jóvenes como viejos, rodearon la casa de Lot y exigieron: Sácalos, para que los conozcamos[13]. Otras versiones de la Biblia traducen así esta última frase: queremos tener relaciones con ellos (RVC), queremos acostarnos con ellos (NVI) o queremos tener relaciones sexuales con ellos (TLA). Lot y sus más cercanos abandonaron la ciudad, tras lo cual se nos dice que el SEÑOR hizo llover desde los cielos azufre y fuego […] sobre Sodoma y Gomorra. Y trastornó aquellas ciudades, toda la llanura con todos los habitantes de las ciudades y las plantas de la tierra[14].

Algunos autores sostienen que la justicia divina ejecutada sobre Sodoma y Gomorra no fue por causa de la homosexualidad, sino porque los habitantes de esas ciudades eran poco hospitalarios. No obstante, en el libro de Ezequiel encontramos la siguiente referencia a los pecados de Sodoma:

He aquí, esta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: Orgullo, abundancia de pan y despreocupada tranquilidad tuvieron ella y sus hijas. Pero ella no dio la mano al pobre y al necesitado. Ellas se enaltecieron e hicieron abominación delante de Mí; de modo que cuando las vi, las eliminé[15].

La palabra traducida por abominación corresponde al mismo vocablo hebreo empleado en Levítico 20:13[16] para decir que es una «abominación» ante Dios si un hombre tiene relaciones con un hombre: Si un hombre se acuesta con un hombre, como se acuesta con una mujer, los dos cometen una abominación. Por eso se suele inferir de ese pasaje que a Sodoma no solo se la castigó por su homosexualidad, sino también por su orgullo y altanería y por no ayudar a los pobres.

La ley mosaica se refirió a la homosexualidad.

No te acostarás con un hombre como uno se acuesta con una mujer. Eso es una abominación[17].

Otras traducciones bíblicas afirman que es un acto aberrante o un pecado detestable.

El libro de Deuteronomio trata el tema de la prostitución ritual. (La prostitución sagrada, prostitución del templo, prostitución ritual y prostitución religiosa son términos aplicados a un rito sexual que consistía en relaciones u otras actividades sexuales realizadas en el contexto del culto religioso. Los cananeos que habitaron el país antes de los israelitas practicaban dicha prostitución.)

No habrá prostituta sagrada entre las hijas de Israel ni prostituto sagrado entre los hijos de Israel. No traerás a la casa del SEÑOR tu Dios, por ningún voto, el salario de una prostituta ni el salario de un prostituto, porque ambos son una abominación al SEÑOR tu Dios[18].

Los exégetas manifiestan que los prostitutos religiosos participaban en actos homosexuales. En el primer libro de los Reyes se menciona la prostitución ritual masculina y se la equipara con las abominaciones practicadas por los pueblos que fueron expulsados de Israel.

Judá hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; y con los pecados que cometieron, lo provocaron a celos más que todo lo que habían hecho sus padres. También se edificaron lugares altos, piedras rituales y árboles de Asera, en toda colina alta y debajo de todo árbol frondoso. También había en el país varones consagrados a la prostitución ritual, e hicieron conforme a todas las prácticas abominables de las naciones que el SEÑOR había echado de delante de los hijos de Israel[19].

En el Nuevo Testamento el apóstol Pablo escribió sobre la conducta homosexual cuando enumeró una larga serie de pecados:

Por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues aun sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. Del mismo modo también los hombres, dejando la relación natural con la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío[20].

La frase «contra la naturaleza» indica claramente que la conducta homosexual va a contrapelo del propósito establecido por Dios para la sexualidad, el cual creó a hombres y mujeres con cuerpos físicos capaces de interactuar sexualmente entre sí de forma «natural».

En este mismo versículo el apóstol Pablo considera vergonzosas las pasiones —es decir, los deseos— homosexuales. Entiende que se oponen al manifiesto propósito e intención divinos de que el acto sexual esté circunscrito al matrimonio y se practique exclusivamente entre un hombre y una mujer. Pablo incluye más adelante todas las variedades de homosexualidad, sea entre hombres o entre mujeres. Las califica de contrarias al propósito divino para la sexualidad humana cuando expresa: Sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza.

El apóstol Pablo también incluyó la conducta homosexual en una lista de pecados que figura en su primera epístola a los Corintios.

¿No saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se engañen: que ni los inmorales sexuales ni los idólatras ni los adúlteros ni los afeminados ni los homosexuales ni los ladrones ni los avaros ni los borrachos ni los calumniadores ni los estafadores, heredarán el reino de Dios[21].

Entre los vocablos griegos que empleó Pablo para expresar ni los afeminados ni los homosexuales figuran malakoi y arsenokoitês. Malakoi significa suave o afeminado, y se empleaba en los mundos greco-romanos para referirse a la pareja pasiva en actos homosexuales. Arsenokoitês es una combinación de las palabras arsen («hombre») y koite (coito). Pablo usó esos vocablos para describir a «hombres que tienen relaciones sexuales con hombres».

En la primera epístola a Timoteo, el apóstol Pablo emplea la palabra griega arsenokoitês en una lista de vicios derivados de los Diez Mandamientos.

Sabemos, sin embargo, que la ley es buena si uno la usa legítimamente. Y conocemos esto: que la ley no ha sido puesta para el justo sino para los rebeldes e insubordinados, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los homosexuales[22].

Pablo expresa claramente que prohibir la homosexualidad está en consonancia con la ley veterotestamentaria sobre el particular.

En la epístola de Judas hallamos comentarios acerca del juicio de Sodoma y Gomorra.

También Sodoma y Gomorra, y las ciudades vecinas, que lo mismo que aquéllos practicaron la inmoralidad sexual y los vicios contra la naturaleza, fueron puestas como ejemplo y sufrieron el castigo del fuego eterno[23].

La frase practicaron la inmoralidad sexual se refiere a la inmoralidad heterosexual, es decir al coito o cópula entre hombres y mujeres no casados entre sí. La frase los vicios contra la naturaleza alude al deseo de los hombres de Sodoma de tener relaciones sexuales con los visitantes de Lot.

Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento consideran todo tipo de conducta homosexual contraria a la voluntad moral divina y por tanto pecaminosa. Como tal, la actividad homosexual es una expresión sexual que no se ajusta a la voluntad de Dios. Eso no significa que las personas homosexuales no puedan ser cristianas ni que se las deba mirar con desprecio, evitar, perseguir o discriminar. Más bien, los cristianos debemos reconocer y recordar que todos los seres humanos son creados a imagen de Dios y amados por Él.

En ese sentido los autores de Kingdom Ethics escribieron:

Las personas homosexuales son muy queridas, hechas a imagen de Dios y portadoras de toda la dignidad que Dios ofrece a toda la humanidad. A los seguidores de Cristo en ningún momento se les permite tratar a los homosexuales como inferiores a lo que Dios ha declarado que son todas las personas. Pasarse la vida en una cruzada contra los homosexuales, como lo hacen algunos cristianos, difícilmente cuadra con las virtudes de amor, bondad, humildad, paz y paciencia que deben caracterizar al seguidor de Cristo. [...] Debemos amar a las personas homosexuales y al mismo tiempo permanecer claros en nuestras convicciones sobre los designios divinos respecto a la sexualidad humana, además de manifestar claramente que todos somos culpables de pecado y necesitamos redención[24]. Porque todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios[25].


Nota

A menos que se indique otra cosa, todos los versículos de la Biblia proceden de las versiones Reina-Valera, revisión de 1995, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995, y Reina Valera Actualizada (RVA-2015), © Editorial Mundo Hispano. Utilizados con permiso.


[1] Grudem, Wayne, Christian Ethics (Wheaton: Crossway, 2018).

[2] Geisler, Norman L., Christian Ethics: Contemporary Issues and Options (Baker Academic, 2010).

[3] Éxodo 20:14.

[4] Véase «Vivir el cristianismo: Los Diez Mandamientos (Matrimonio y sexualidad), y partes.

[5] Génesis 2:24.

[6] Marcos 10:6–8.

[7] Éxodo 20:14.

[8] 1 Corintios 6:15,16 (NVI).

[9] 1 Corintios 5:1,2.

[10] Levítico 18:23.

[11] Vines, Matthew, God and the Gay Christian (New York: Convergent Books, 2014).

[12] Génesis 19:2,3.

[13] Génesis 19:5.

[14] Génesis 19:24,25.

[15] Ezequiel 16:49,50.

[16] Levítico 20:13. Véase también 18:22.

[17] Levítico 18:22.

[18] Deuteronomio 23:17,18.

[19] 1 Reyes 14:22–24.

[20] Romanos 1:26,27.

[21] 1 Corintios 6:9,10.

[22] 1 Timoteo 1:8–10.

[23] Judas 1:7 (RVC).

[24] Stassen, Glen H. & Gushee, David P., La ética del reino (Mundo Hispano, Casa Bautista de Publicaciones, (2008-03-01).

[25] Romanos 3:23.