Lo esencial: Naturaleza y personalidad de Dios

agosto 16, 2011

Enviado por Peter Amsterdam

Preliminares

(En Lo esencial: Introducción se puede consultar un preámbulo y una explicación de toda esta colección de artículos.)

En la sección sobre la Trinidad de esta serie de artículos examinamos las tres personas del Dios trino —Padre, Hijo y Espíritu Santo— y repasamos el sentido de la Trinidad: un solo Dios en tres personas. En la sección sobre la encarnación estudiamos cómo fue que Dios Hijo —Jesús— se encarnó, vivió, murió, resucitó e hizo posible nuestra salvación.

En la presente sección, titulada Naturaleza y personalidad de Dios, analizaremos lo que Dios ha dicho a la humanidad sobre Sí mismo, por medio de Su creación y por medio de Su Palabra, la Biblia. El estudio de la naturaleza y personalidad de Dios puede llevarnos a entender mejor quién es Él, qué clase de ser es y cuáles son Sus cualidades, y consolidar nuestras razones para confiar en Él y para amarlo, alabarlo y obedecerlo. El conocimiento de la naturaleza y la personalidad de Dios nos ayudará a entender mejor Su esencia, al menos en la medida en que nosotros, como criaturas finitas que somos, podemos hacernos una imagen del Creador infinito.

Al hablar de los atributos y la personalidad de Dios, es importante tener presente que lo que se dice de Dios se aplica a cada una de las Personas de la Trinidad, puesto que cada una de ellas es Dios; son tres Personas en un solo Dios. Gran parte de lo que se nos ha revelado sobre la naturaleza, la personalidad y los atributos de Dios se basa en pasajes del Antiguo Testamento. En términos generales, en el Antiguo Testamento se habla de Dios como una sola persona, no tres, dado que el concepto de que en Dios hay tres personas no fue revelado plenamente hasta el período neotestamentario. Por eso, al leer las descripciones veterotestamentarias de la naturaleza y personalidad de Dios uno puede tener la impresión de que se refieren únicamente a Dios Padre, cuando en realidad retratan a las tres personas de la Trinidad.

Dios el Creador

Un buen punto de partida para hablar de la naturaleza de Dios —Sus cualidades, características y atributos, lo que hace que Él sea Dios— es la creación del universo. Nuestro conocimiento de Dios se fundamenta en el hecho de que Él lo creó todo: el tiempo, el universo, el mundo físico, toda la materia y todos los seres vivos, así como la esfera espiritual y los seres que habitan en ella. Luego se reveló a la humanidad de un modo general por medio de Su creación (lo que se llama revelación general) y más expresamente por medio de la Biblia (lo que se conoce como revelación especial)[1].

La Biblia enseña que Dios creó el universo ex nihilo, locución latina que significa de la nada. Antes que existiera el universo, antes que existiera el tiempo, antes que existiera la materia, Dios tenía existencia eterna. Todo lo demás que existe, sin excepción, ya sea físico o espiritual, fue creado por Él.

Hay mucha discusión y controversia sobre la creación del universo, la creación del mundo y la creación de los seres vivos. Y eso incluye la polémica sobre el origen de la vida en la Tierra y el origen de los seres humanos. Se trata de un tema que se ha estudiado y debatido mucho en círculos científicos. En la controversia intervienen tanto ateos como cristianos; y muchos teólogos, apologistas, filósofos y científicos cristianos tienen distintos puntos de vista según cómo interpreten las Escrituras y cómo consideren que debe entenderse el relato de la creación que aparece en el Génesis. Se han publicado numerosos libros y estudios sobre el tema, y tengo la esperanza de ahondar más en él en el futuro.

Si bien en esta serie de artículos no hablaremos de la polémica que existe sobre la creación, la doctrina oficial cristiana considera que Dios siempre ha existido y que Él creó de la nada el universo y todo lo que en él hay[2]. Esa declaración de base no explica cómo ni cuándo creó el universo, el mundo y todos los seres vivos, tanto físicos como espirituales; solo afirma que lo hizo.

A continuación, algunos versículos que dicen que Dios creó el mundo:

En el principio creó Dios los cielos y la tierra[3].

Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos; y todo el ejército de ellos, por el aliento de Su boca. Porque Él dijo, y fue hecho; Él mandó, y existió[4].

El Señor es Dios grande, el gran Rey sobre todos los dioses. En Su mano están las profundidades de la tierra y las alturas de los montes son Suyas. Suyo también el mar, pues Él lo hizo, y Sus manos formaron la tierra seca. Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante del Señor, nuestro hacedor[5].

En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio con Dios. Todas las cosas por medio de Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho fue hecho[6].

Tú solo eres el Señor. Tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos. Tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran[7].

Yo hice la tierra y creé sobre ella al ser humano. Yo, Mis manos, desplegaron los cielos y pongo en orden todo su ejército[8].

Señor, digno eres de recibir la gloria, la honra y el poder, porque Tú creaste todas las cosas, y por Tu voluntad existen y fueron creadas[9].

En el cristianismo, la clave para entender a Dios está en la enseñanza bíblica de que Él es Creador de todas las cosas, y en el conocimiento de Su papel como Creador y el nuestro como criaturas Suyas. En el mundo de hoy, considerarnos criaturas –seres creados– suele estar mal visto y hasta puede resultar ofensivo para algunos. Pero si Dios lo creó todo, entonces todo es creación Suya, y por tanto somos criaturas Suyas. Cuando estudiemos más a fondo lo que se puede saber de la naturaleza de Dios, se aclarará por qué es importante hacer esa distinción entre el Creador y Sus criaturas.

Nuestro conocimiento de Dios es fragmentario

Al examinar la naturaleza, la esencia, la personalidad y los atributos de Dios, conviene que entendamos desde un principio que nunca lo llegaremos a saber todo de Él. Somos seres finitos, de conocimiento limitado. Dios es un ser infinito, Su conocimiento no tiene límites, y la brecha entre Él y nosotros será siempre insalvable. La doctrina cristiana enseña que Dios es incomprensible en el sentido de que no se le puede entender totalmente[10]. No significa que no se le pueda entender en absoluto, sino que no se le puede comprender del todo, exhaustivamente.

Excelso es nuestro Señor, y grande Su poder; Su entendimiento es infinito[11].

¡Oh profundidad de las riquezas, de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son Sus juicios e inescrutables Sus caminos![12]

Grande es el Señor, y digno de toda alabanza; Su grandeza es insondable[13].

Excelso es nuestro Señor, y grande Su poder; Su entendimiento es infinito [14].

Como son más altos los cielos que la tierra, así son Mis caminos más altos que vuestros caminos y Mis pensamientos más que vuestros pensamientos[15].

He aquí, estas cosas son solo los bordes de Sus caminos; ¡y cuán leve es el susurro que hemos oído de Él! Pero el trueno de Su poder, ¿quién lo puede comprender?[16]

¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás a la perfección del Todopoderoso? Es más alta que los cielos; ¿qué harás? Es más profunda que el seol; ¿cómo la conocerás? En longitud sobrepasa a la tierra, y es más ancha que el mar[17].

Truena Dios maravillosamente con Su voz. Hace grandes cosas, que nosotros no entendemos[18].

Nunca llegaremos a comprender plenamente a Dios, pero sí podemos entender ciertas cosas de Él que nos ha revelado. Algunas las hemos aprendido en términos generales, por medio del mundo que nos rodea, Su creación. Otras hemos llegado a conocerlas de forma más expresa, a través del principal medio por el que se ha revelado a la humanidad: la Biblia. En sus páginas hay detalles sobre Dios que Él ha revelado a la humanidad, y lo que ha dicho de Sí mismo es cierto. Por otra parte, no nos lo ha dicho todo, de modo que nadie puede entenderlo a cabalidad. Mucho de lo que nos ha mostrado es misterioso y por ende difícil de comprender plenamente.

J. I. Packer, escritor y conferencista, dice:

En teología, un misterio es un dato sobre Dios que uno puede afirmar con plena confianza que es cierto, porque lo dice la Biblia, pero que uno no puede ni imaginarse cómo es, cómo puede ser[19].

Ciertas facetas de Dios son misteriosas en ese sentido; en cualquier caso, lo que ha dicho por medio de Su creación y de Su Palabra es lo que ha revelado sobre Sí mismo a la humanidad. Esas revelaciones nos descubren muchas cosas de Él, y lo que aprendemos a través de ellas nos mueve a amarlo, alabarlo y confiar en Él.

Conocer a Dios

Dios se ha dado a conocer a la humanidad por revelación general y por revelación especial, y es a través de Su Palabra como hemos llegado a entender la salvación que Él nos ofrece gratuitamente. Ahora bien, nosotros que somos cristianos podemos ampliar nuestro conocimiento de Él y de Sus caminos mediante la relación personal que tenemos con Él. El Espíritu Santo mora en nosotros. Conocemos a Jesús y por tanto al Padre. Como amamos a Jesús, el Padre nos ama, y Jesús se nos manifiesta. Si bien la Biblia nos ha revelado a Dios, la salvación nos ha hecho hijos Suyos, lo cual nos da la oportunidad de conocerlo personalmente.

Yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce; pero vosotros lo conocéis, porque vive con vosotros y estará en vosotros[20].

Felipe le dijo: «Señor, muéstranos el Padre y nos basta».  Jesús le dijo: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí ha visto al Padre»[21].

Si a Mí me conocierais, también a Mi Padre conoceríais[22].

El que tiene Mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por Mi Padre, y Yo lo amaré y me manifestaré a él[23].

A todos los que lo recibieron, a quienes creen en Su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios[24].

En los siguientes artículos analizaremos concretamente diversos atributos de Dios, como Su santidad, misericordia, justicia, omnipotencia, omnisciencia y eternidad.

Hay ciertos aspectos de Su naturaleza, Su ser y Su personalidad de los que nosotros también participamos en una medida limitada, por nuestra condición de seres humanos creados a imagen de Dios; y otros aspectos en los que no es así. Por ejemplo, nosotros también podemos ser santos, misericordiosos y justos; asimismo podemos ser amorosos y considerados, y todas esas son cualidades que Dios tiene. No obstante, Dios es infinitamente santo, misericordioso y amoroso. No solo tiene esos atributos, sino que es esos atributos, sin limitaciones. Como fuimos creados a imagen de Él, podemos tener un mínimo de esas cualidades; Dios, sin embargo, las posee de forma inconmensurable. Muchos teólogos afirman que Dios es lo que hace. No solo ama: es amor. No solo es justo: es justicia, sabiduría, misericordia, etc.

Mi oración es que ahondando más en la naturaleza y personalidad de Dios alcanzaremos una conciencia más profunda de lo infinitamente magnífico que es Él.


Notas

A menos que se indique otra cosa, los versículos citados proceden de la versión Reina-Valera, revisión de 1995, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. Utilizados con permiso. También se citan versículos de la versión Reina-Valera 1960 (RVR 1960) y de la Nueva Versión Internacional (NVI).


Bibliografía

Barth, Karl: The Doctrine of the Word of God, Vol.1 Part 2, Hendrickson Publishers, Peabody, 2010.

Berkhof, Louis: Teología sistemática, Libros Desafío, 1998.

Cottrell, Jack: What the Bible Says About God the Creator, Wipf and Stock Publishers, Eugene, 1996.

Craig, William Lane: The Doctrine of Christ, charla de la serie Defenders.

Garrett, Jr., James Leo: Teología sistemática, bíblica, histórica, evangélica, tomo I, Mundo Hispano, 2007.

Grudem, Wayne: Teología sistemática: Una introducción a la doctrina bíblica, Vida, 2007.

Lewis, Gordon R., y Demarest, Bruce A.: Integrative Theology, Zondervan, Grand Rapids, 1996.

Milne, Bruce: Conocerán la verdad, un manual para la fe cristiana, Ediciones Puma, 2009.

Mueller, John Theodore: Christian Dogmatics, A Handbook of Doctrinal Theology for Pastors, Teachers, and Laymen, Concordia Publishing House, St. Louis, 1934.

Ott, Ludwig, Fundamentals of Catholic Dogma, Tan Books and Publishers, Inc., Rockford, 1960.

Packer, J. I.: The Attributes of God 1 and 2 (charlas).

Williams, J. Rodman: Renewal Theology, Systematic Theology from a Charismatic Perspective, Zondervan, Grand Rapids, 1996.


[1] CONFESIÓN BELGA (escrita en 1561 y revisada en 1619)

Artículo 2

POR QUÉ MEDIOS SE NOS MANIFIESTA DIOS

A Él le conocemos a través de dos medios. En primer lugar, por la creación, conservación y gobierno del universo; porque éste es para nuestros ojos como un hermoso libro en el que todas criaturas, grandes y pequeñas, son cual caracteres que nos dan a contemplar las cosas invisibles de Dios, a saber, Su eterno poder y deidad, como dice el apóstol Pablo(Romanos 1:20); todas las cuales son suficientes para convencer a los hombres, y privarlos de toda excusa.

En segundo lugar, Él se nos da a conocer aún más clara y perfectamente por Su santa y divina Palabra, esto es, tanto como nos es necesario en esta vida, para Su honra y la salvación de los Suyos.

[2] Extracto de la Profesión de fe de La Familia Internacional:

Dios

Afirmamos nuestra creencia en el único y eterno Dios todopoderoso, omnisciente, omnipresente, que creó y sostiene el universo y todo lo que hay en él. La Biblia nos enseña que «Dios es espíritu» (Juan 4:24) y que «Dios es amor» (1 Juan 4:8). Consideramos que Él ama a cada persona con un amor eterno e inagotable, que vela por cada ser humano y desea que cada hombre, mujer y niño del mundo entable una relación personal con Él.

Dios existe eternamente en la Trinidad, tres Personas distintas pero inseparables: Dios Padre, Jesús el Hijo y el Espíritu Santo.

  • Isaías 43:10,11; Juan 4:24, 14:23; 1 Juan 4:19, 5:7; Mateo 28:19; 1 Corintios 8:6; Apocalipsis 4:11

[3] Génesis 1:1.

[4] Salmo 33:6,9.

[5] Salmo 95:3–6.

[6] Juan 1:1–3.

[7] Nehemías 9:6.

[8] Isaías 45:12.

[9] Apocalipsis 4:11.

[10] Grudem, Wayne: Teología sistemática: Una introducción a la doctrina bíblica, Vida, 2007, p. 152.

[11] Salmo 147:5 (NVI).

[12] Romanos 11:33.

[13] Salmo 145:3 (NVI).

[14] Salmo 147:5 (NVI).

[15] Isaías 55:9.

[16] Job 26:14 (RVR 1960).

[17] Job 11:7–9.

[18] Job 37:5.

[19] Packer, J. I.: The Attributes of God, Part 2, charla 11: «Transcendence and Character».

[20] Juan 14:16,17.

[21] Juan 14:8,9.

[22] Juan 8:19.

[23] Juan 14:21.

[24] Juan 1:12.

Traducción: Jorge Solá.
Revisión: Cedro Robertson y Gabriel García V.